Siendo sus intereses la pintura y la litografía, se dedicó al diseño de carteles de cine, y recibió un premio nacional en 1953.
Se inició en el cine con cortos de animación surrealista como Érase una vez (Był sobie raz, 1967), en colaboración con Jan Lenica.
También rodó Les Astronautes con Chris Marker.
En esta nueva etapa rodó Renacimiento (Renaissance, 1963) y Juegos de los Ángeles (Jeux des Anges, 1965).
Su especialidad fueron las películas de estética erótica, como Cuentos inmorales, Tres mujeres inmorales y La bestia.