Actor teatral de tradición clásica, confesaba que no disfrutaba actuando en el cine mudo tanto como en el teatro, aunque su carrera para la pantalla fue extensa.
A lo largo de su etapa en Broadway, tuvo la oportunidad de actuar junto a intérpretes como Jane Cowl y Katharine Cornell.
Su voz profunda y resonante le facilitó el salto al cine hablado, por lo que pudo continuar con su trayectoria en la pantalla, a diferencia de otras muchas estrellas del cine mudo.
Fue escogido para encarnar principalmente a personajes hispanos (particularmente mexicanos), aristócratas y clérigos, como en Las llaves del Reino (1944), a causa de su apellido y su presencia.
Sin embargo, en algunas raras ocasiones también hizo papeles de malvado.