Mientras tanto, la reina da a luz a una niña y su amiga Paulina lleva al bebe ante el rey con la esperanza de que la visión de la niña le ablande.
Hermíone, pierde el conocimiento y es atendida por Paulina que comunica al rey Leontes la muerte de su esposa.
Al abandonarla, deja a su lado un fardo con oro para sugerir que la niña es de sangre noble.
Entonces, una gran tormenta aparece hundiendo el barco en el que Antígono navegó hasta allí.
El rey sugiere a Camilo que para distraerse de sus pensamientos, se disfracen y vayan al festival de la esquila donde Florizel y Perdita se van a prometer.
En el festival, organizado por el Viejo Pastor que ha prosperado gracias al oro del fardo, el vendedor ambulante Autólico roba al Joven Pastor y entretiene a los invitados con canciones obscenas.
En el viaje se les une el Viejo Pastor y su hijo que son conducidos hasta allí por Autólico.
Florizel dice que su visita es una misión diplomática de su padre pero es descubierto cuando Políxenes y Camilo llegan también a Sicilia.
Los cambios argumentales de Shakespeare son muy pequeños dada la naturaleza no dramática del romance.
El principal elemento que introduce es el salto de dieciséis años entre los actos tres y cuatro.
El personaje equivalente en Pandosto muere después de ser acusada de adulterio mientras el equivalente a Leontes al analizar sus actos del pasado (incluyendo una relación incestuosa con su hija) se suicida.
Pandosto continúa la tradición helenística en la que el regreso del príncipe restaura el orden y el final evoca el control absoluto de la providencia mientras que Shalespeare restaura a la generación antigua en la reunión de Leontes y Hermíone dando un final feliz a la obra.