Microrrelato
Siguiendo a Lagmanovich y Andres-Suárez, Ginés S. Cutillas incluye el microrrelato dentro de la agrupación de minificción, entendiendo esta como una recopilación de géneros breves: «La minificción engloba los textos literarios ficcionales en prosa, tanto aquellos que sean narrativos (fábula, anécdota, parábola, etc.) como aquellos que no lo sean (poema en prosa, bestiario, miniensayo, etc.).[5] Los teóricos[6] señalan que el microrrelato se ha de distinguir de las siguientes minificciones: acertijo o adivinanza, aforismo, alegoría, anécdota, apólogo, fábula, apotegma, balada, bestiario, boutade, carta, caso, chiste, diálogo, diario, dicho, escena, epigrama, episodio, estampa, fantasía, fabliaux, grafiti, greguería, haikú, leyenda, máxima, microteatro, milagro, miniensayo, nota, nota de prensa, parábola, poema en prosa, poema, proverbio, refrán, relato, sentencia.En el mundo occidental, manifestaciones de la escritura mínima se encuentran en las ya mencionadas fábulas.La mayoría de críticos literarios en el mundo castellanohablante ubican las raíces directas a la micronarratividad en el modernismo hispanoamericano y las vanguardias.[10] Merece mencionarse el caso de «El fantasma», del escritor mexicano Guillermo Samperio, que muestra la página en blanco.La elipsis se refiere a la omisión, los vacíos y el silencio que practica el género.En el modernismo se puede considerar a autores como Leopoldo Lugones -su obra Filosofícula (1926) es fundamental al respecto- y Ángel de Estrada, hijo.De las vanguardias se debe rescatar nombres como Macedonio Fernández y Oliverio Girondo.[17] Posteriormente, autores como Oswaldo Trejo, Luis Britto García o Ednodio Quintero consolidarían el género en Venezuela.[21] Cultivadores destacados en España incluyen, el teórico del género José María Merino, Juan Pedro Aparicio y Felipe Benítez Reyes.Entre los creadores surgidos en el siglo XXI, Fernando Valls destaca a Óscar Esquivias, Ignacio Ferrando y Javier Sáez de Ibarra.[18] En México, Julio Torri, Juan José Arreola, Augusto Monterroso, Edmundo Valadés, entre otros, inician una fuerte tradición microrrelatista en ese país.Otros nombres relevantes más contemporáneos incluyen el de René Avilés Fabila, Guillermo Samperio, Jaime Muñoz Vargas y Rogelio Guedea.En 2005, Luis Felipe Lomelí publica Ella sigue de viaje, libro que incluye «El emigrante».[24] En la literatura alemana, las Kürzestgeschichten o Mikroerzählungen, especialmente influidas por las narraciones breves de Bertolt Brecht y Franz Kafka, son practicadas por autores como Peter Bichsel, Heimito von Doderer, Helmut Heißenbüttel y Günter Kunert.