Marrano (judeoconverso)

El término marrano proviene del verbo marrar y hacía referencia a los conversos que no practicaban correctamente la fe católica, bien por no cumplir sus preceptos, por continuar con prácticas del judaísmo en privado o ambas.Nada tiene que ver con el término marrano para sucio, que fue usado para denominar a los cerdos por extensión de esta y no hay relación entre los términos para el animal y los judíos conversos.Pérez reconoce que esta etimología es aceptada por varios autores, pero él considera «mucho más probable que marrano venga del verbo marrar, como lo señala el mismo Covarrubias: "marrar es fallar; vocablo antiguo castellano, del cual por ventura... vino el nombre de marrano del judío que no se convirtió llana y simplemente"».La palabra se utilizó primero en el romance peninsular para designar a este animal (documentada desde 965).En 1691, por ejemplo, Francisco de Torrejoncillo en su libelo antisemita[8]​ Centinela contra judíos: puesta en la torre de la iglesia de Dios con el trabajo, escribía una descripción del término: Aunque en un principio el término se empleaba tanto para los conversos procedentes del judaísmo como del islam, con el tiempo a estos últimos se les denominó moriscos, y la voz «marrano» quedó para designar únicamente a los judeoconversos.Este término era aplicado igualmente a los conversos procedentes del islam (más específicamente llamados moriscos) y tenía carácter discriminatorio, aunque actualmente parezca menos insultante que la voz «marrano».En Mallorca, la comunidad judeoconversa local tuvo una peculiarísima trayectoria histórica, y se les identificó con la denominación "chuetas" (xuetes en mallorquín).En las fiestas en que debían hacer sonar el shofar, los marranos salían de la ciudad para no ser oídos.Por más frío que sea el tiempo, no veréis humo alguno elevarse de aquellas habitaciones, pues es sábado.Y, durante este día, no se permite a los judíos tocar el fuego para encender.En la ciudad portuguesa de Belmonte se constituyó una comunidad marrana muy estricta y endogámica, que persistió aislada hasta época contemporánea, cuando pasó a celebrar públicamente el culto judío en una sinagoga.[13]​ La Inquisición española después de 1492 comenzó a actuar inmediatamente contra los judaizantes y en las cuatro décadas siguientes éstos fueron sus principales víctimas.Incluso la Inquisición se ocupó de erradicar la práctica bastante común de llamar "judío" a un enemigo –el agraviado podía llevar su caso ante el Santo Oficio y que este demostrara que no tenía ningún antepasado judío, limpiando así su honor-.Diego Serrano de Silva escribió en 1623:[15]​ Sin embargo, Henry Kamen afirma que a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII continuaba habiendo judaizantes, pero eran "irreconocibles como judíos" porque "virtualmente todos los signos del judaísmo [como la circuncisión, el sabbat, las fiestas judías, abstenerse de comer cerdo] habían desaparecido"."Los que permanecieron aferrados a su identidad mantenían, sin embargo, una fe inquebrantable en el Dios de Israel, transmitían de padres a hijos las pocas oraciones tradicionales que podían recordar y usaban el Antiguo Testamento católico como lectura básica".El problema que se planteó fue que buena parte de estos judeoconversos portugueses eran marranos, porque hasta cincuenta años después de que se les obligara a bautizarse en 1497 no se implantó la Inquisición allí y durante ese tiempo habían podido seguir practicando más o menos abiertamente la fe judaica.Un cronista anotaba: "He sabido como cosa cierta que se trata de restituir y traer a los judíos, que están en las sinagogas de Holanda y otras partes… Opónese la Santa Inquisición".Gracias a ellas "un marrano, nada más llegar a una ciudad o tierra desconocida, entra rápidamente en contacto con otros marranos, parientes o amigos de amigos, que le ayudan y, muchas veces, le dan la oportunidad de practicar el judaísmo o incluso le incitan a judaizar cuando había dejado de hacerlo".En ella se describía una supuesta reunión secreta celebrada en Salónica, entonces una ciudad del Imperio Otomano y donde vivían miles de sefardíes, entre judíos llegados de todas partes de Europa y los Monopantos, es decir, los cristianos que estaban dispuestos a colaborar con ellos para acabar con el mundo cristiano –entre los que se puede suponer que se encontraría Olivares-.[20]​ En esos años la Inquisición procesó por judaizantes a algunos banqueros portugueses como Manuel Fernández Pinto o Juan Núñez Saravía.Nueve años después algunos chuetas organizaron una conjura pero fracasó dando lugar a cuatro autos de fe celebrados en 1691 en los que fueron ejecutados 37 condenados en persona y 49 en efigie.A un sacerdote de origen chueta J. Taronjí se le prohibió predicar en 1876; en 1904 al presidente del gobierno de entonces, el mallorquín Antonio Maura, en un debate parlamentario un diputado le gritó: que se calle el chueta.El primer judeoconverso ejecutado por judaizante en América parece haber sido Juan Muñoz, que fue quemado en Cuba en 1518.
Marranos. Séder de Pésaj secreto en España en la época de la Inquisición . Pintura de historia del artista ruso-judío Moshe Maimon , [ 1 ] ​ 1893.
Grabado alemán sobre la masacre de Lisboa de 1506.