Sucedió en el trono, probablemente en 485 o 488 a. C., a su medio hermano Cleómenes I y se casó con Gorgo, la hija de este, con la cual tuvo a su hijo, su sucesor, el rey Plistarco.[6] En los años 490 a. C., el rey aqueménida Jerjes I preparó la invasión de la Grecia continental.Por lo tanto, las fuerzas persas presentes en la batalla de las Termópilas serían 210.000 hombres y 75.000 animales.[21] Sin embargo, el equilibrio de fuerzas era claramente favorable a los persas.[24] Después de haber tomado posiciones en las Termópilas, los griegos repelieron con éxito varios ataques persas: situados en el lugar más estrecho del desfiladero, luchaban en filas apretadas[25] y estaban bien protegidos por sus grandes escudos.[26] Transcurridos unos días, los griegos fueron traicionados por un tal Efialtes de Tesalia: Leónidas se encontró rodeado por las tropas del sátrapa Hidarnes.[27] Según Heródoto, Leónidas reexpidió la mayor parte de sus tropas para salvar sus vidas, pero juzgó inapropiado para un espartano abandonar su posición.Para Heródoto, Leónidas y sus hombres se situaron en la parte más ancha del desfiladero y lucharon hasta el último hombre: «los griegos se batieron en retirada hacia la zona más estrecha del paso y, después de rebasar el muro [focense], fueron a apostarse en la colina, excepto los tebanos»[28][29][nota 2] Diodoro Sículo y Justino epitomando a Pompeyo Trogo, mencionan un ataque nocturno contra el campamento persa: los griegos sembraron el desorden en las tropas enemigas, masacraron grandes cantidades antes de caer, rodeados, bajo las flechas y jabalinas persas.[31] Las historiadoras Christien y Ruzé plantean la cuestión de por qué Leónidas se quedó únicamente con los trescientos espartiatas, los hilotas, los tespios y los rehenes tebanos en esta fase decisiva de la batalla,[32] y mandó al resto de los efectivos griegos a sus casas, abocando a una muerte segura a los que permanecían con él.[11][nota 3] En 440 a. C., el cuerpo de Leónidas fue trasladado a Esparta, donde se le consagró un magnífico mausoleo.(…) Quiero caracterizar ese sentimiento profundo, grande y religioso que inspira el amor a la patria».[41] Algunos años más tarde, Leónidas se convirtió en el emblema del filohelenismo.[43] Las Termópilas y Leónidas fueron objeto de una ilustración cinematográfica, una versión libre, entre canto épico e historieta animada, la película 300 (2007) dirigida por Zack Snyder.