Muchos años antes, el oráculo había ordenado a su bisabuelo Hilo que atacase por el paso angosto al llegar la tercera cosecha.
La respuesta del oráculo fue que la “tercera cosecha” no significaba el tercer año, sino la tercera generación; y que el “paso angosto” no era el Istmo de Corinto, sino la entrada del Golfo de Corinto, allí donde el mar se estrecha más.
Consultado nuevamente el oráculo por Témeno, hermano de Aristodemo, exigió este un sacrificio expiatorio y el destierro por diez años del asesino.
Los Heraclidas repararon los barcos, navegaron desde Naupacto al Golfo de Corinto y entraron por fin en el Peloponeso.
Tras derrotar y matar a Tisámeno, hijo de Orestes, que gobernaba toda la península, se convirtieron en dueños virtuales del Peloponeso.