Darío I, mandó expediciones militares contras tracios y escitas e invadió Grecia (primera guerra médica) en la primera década del siglo V a. C. Su hijo Jerjes I siguió sus pasos unos diez años después, cruzando el estrecho del Helesponto con unos numerosísimos ejército y flota, dando lugar a la segunda guerra médica.
De los sátrapas dependía una guarnición integrada por tropas locales, que dado el caso, se unían al ejército del soberano.
[1] Rodeaba al monarca una guardia real, constituida por las tropas de caballería y 10 000 arqueros, que los historiadores llamaron los Inmortales.
[7] Probablemente sean Inmortales los guerreros que figuran en los ladrillos esmaltados de Susa, así como en numerosos sellos.
Esta explicación encajaría con la terminología de los textos asirios y neobabilónicos en los que los guardias reales también eran conocidos como «miembros del séquito» (qurbute).
Mientras Alejandro recibía a sus allegados para cenar en su tienda, «se encontraban allí 500 persas vestidos con ropas de color púrpura y amarillo, llamados melóforos».
Según refiere Nicholas Sekunda «el dathapatish se situaba frente al primer soldado de la primera fila y llevaba un spara.
[15] Blandía una espada de 1,8 m y debía proteger al resto del dathabam cuando el enemigo alcanzara la línea.
Tenían forma de luna creciente: para facilitar una buena visión al arquero había un segmento recortado en la parte superior.
Informado de ello, el salaminio Onésilo solicitó ayuda a las polis jonias, que se la denegaron.
[nota 7][23] Los mercenarios sagartios utilizaban puñales y lazos, estos últimos confeccionados con tiras de cuero trenzadas.
[nota 8][24] Aunque no eran los únicos que manejaban lazos, también lo usaban otras tribus iranias de Asia Central e Irán oriental.
Los jinetes de Asia Central llevaban el cabello corto y no lucían bigote ni barba.
[25] Los sagartios aportaron 8000 jinetes: utilizaban lazos de cuero trenzado que arrojaban a sus adversarios,[nota 9] y mediante un nudo corredizo, los arrastraban hacia sí.
[26] Los jinetes medos, los cisios, bactrios, sacas, líbicos, árabes e indios llevaban la misma indumentaria y armamento que sus fuerzas de infantería.
[27] Los pueblos citados eran los únicos que proporcionaban caballería, cuyo número ascendía a 80.000 unidades,[28] sin contar los dromedarios y los carros.
Sin embargo, el dominio de todas las riberas del mediterráneo oriental y su conflicto permanente con los griegos les forzó a ello.
Ordenó construir una flota propia, que permitió a los persas conquistar el país del Nilo y, posteriormente, atacar Europa.
A veces es la parte exterior de la pernera donde está cosida, como en los pantalones militares del siglo XIX.
Debajo de la falda, el soldado viste una prenda que no parece una túnica sino más bien un mandil confeccionado con un material maleable, decorado con una única línea oscura trazada en paralelo al borde.
Su antebrazo derecho blande una espada tipo kopis de la que solo se distingue el pomo.
Las flechas iban a alojadas en lo que los griegos llamaban gorytos, una mezcla de carcaj y funda para arco, inventado por los escitas.
Con sus puntas pequeñas, estas flechas relativamente ligeras eran más eficaces contra objetivos sin armar que para penetrar en un escudo o en una armadura.
[70] Un huracán procedente del norte diezmó la flota, arrojando gran parte de las naves contra el Atos.
[70] Entretanto, Mardonio y el ejército de tierra acampados en Macedonia sufrieron un ataque nocturno por parte de los tracios brigos, que causaron muchas muertes e hirieron a Mardonio, quien luego los sojuzgó y ordenó después el regreso a Asia.
Según H. Castritius la campaña persa, exceptuando el desastre naval, cumplió su misión si su propósito era consolidar su hegemonía en Tracia occidental y Macedonia.
[74] aunque pudiera tener una base histórica, que llegara a los oídos del historiador de sus informadores persas.
[80] Farnabazo y su caballería lograron sorprender en el año 396 a. C. al rey espartano Agesilao II cerca de Dascilio.
Los enemigos de Datames, dispusieron al rey en su contra, por lo que dejó Acre y se marchó en el 368 a. C. a Capadacia, su satrapía.
[89] Tras aplastar la revuelta en el este de su Imperio, Artajerjes III estuvo ocupado los años siguientes con otros alzamientos en otras provincias.