Baal

Baal (en semítico cananeo 𐤁𐤏𐤋 [baʕal], «amo» o «señor»; en hebreo: בָּעַל‎ [Báʿal]; en árabe: بعل‎ [Baʿal]) es una antigua divinidad de varios pueblos situados en Asia Menor y su área de influencia: babilonios, caldeos, cartagineses, fenicios (asociado a la antigua deidad Melkart), filisteos y sidonios.

Ba’al zebûb, “Baal [señor] de las moscas”; originalmente habría sido Ba’al Zebûl, “Señor de la casa [morada, habitación]”, pero los masoretas lo habrían cambiado para burlarse del ídolo y sus adoradores).

[4]​ El término Baal viene del latín, que a su vez llegó del griego Βάαλ (Báal), esto como resultado de traducir el Tanaj al Koiné en la Septuaginta[5]​ y de traducir la Biblia al latín en la Vulgata.

También se le representa llevando un yelmo con cuernos, lo que parece indicar una estrecha relación con el toro, símbolo de la fertilidad.

Baal desciende al mar, que es la morada natural de Yam, e intenta matarlo, sin éxito.

Cuando la batalla se encuentra prácticamente perdida, el dios Kothar le regala a Baal dos armas mágicas que logran darle la victoria.

Finalmente, Baal se dirige adonde su padre El para solicitarle que le reconozca como el líder legítimo de los dioses.

Tras su victoria contra Yam, Baal recibe el respeto de su hermana y esposa, la diosa Anat.

La mitología ugarítica explicaba la muerte como el ser "tragado" por las fauces del hambriento Mot, y Baal, aun siendo un dios, estaría sometido a esta misma mortalidad.

Como sea, con Baal muerto hay que buscar quién lo reemplace como rey de los dioses, y El elige a Athtar.

Este dios, sin embargo, se comprueba incapaz para ejercer esta función, lo cual deja a Mot como el único posible heredero al trono.

Ese culto fue introducido en Egipto aparentemente por los hicsos (pueblos de origen semita que hacia el siglo XVIII a. C. reinaban en el delta del Nilo).

Las lluvias comienzan en octubre y continúan durante todo el invierno hasta abril, gracias a lo cual crece una abundante vegetación.

Se creía que los cambios de estación y los efectos subsiguientes eran ciclos producidos por los interminables conflictos entre los dioses.

La unión de Baal con su esposa, probablemente Astarté, se creía que garantizaba la fertilidad durante el año entrante.

[cita requerida] Toda ciudad cananea debió tener su santuario en honor al Baal de su localidad.

Durante la época de los hicsos, en Egipto fue identificado con Seth, un dios guerrero; también fue asociado a Montu.

Muchos estudiosos consideran que este hecho refleja el ambiente de la época en la que Jezabel intentó introducir la adoración del Baal tirio (Melkart) a la capital israelita Samaria en el siglo IX a. C..

[19]​ Baal (también con grafía Beel, Bel, etc.) entra a formar parte de numerosos nombres compuestos:

La Estela de Baal con un Rayo, encontrada en las ruinas de Ugarit
Baal de Ugarit (Siria). En poder del Museo del Louvre (Francia).