Siguanaba

[7]​ Igualmente, tiene su origen en algunos seres o deidades prehispánicas como la Matlazihua, entre los zapotecos; la Metztli, entre los mesoamericanos; Cihuacóatl, entre los mexicas; la Tishanila, entre el pueblo chiapaneco; y la Xtabay, entre los mayas lacondones.

La relación de los nombres no es nada extraño en las distintas culturas indígenas, además se le asociaba una mascota serpiente que en su estómago llevaba el agua del cielo.

Estas mujeres atraen a los hombres y cuando están cerca se convierten en bestias abominables que los matan devorándolos o chupándoles la sangre.

Igualmente, usaron a las diosas huastecas para crear nuevos mitos y leyendas como por ejemplo la Siguanaba.

[11]​[12]​ Según los relatos populares, la Siguanaba se aparece como una atractiva mujer desnuda o vestida con un camisón blanco translúcido, casi siempre de espaldas a su víctima.

Se la ve usualmente bañándose en tanques públicos, pilas, ríos u otras fuentes de agua artificiales o naturales, aunque también puede estar lavando ropa.

Una vez que la Siguanaba los toca, los niños enloquecen y son conducidos al campo, donde el espectro los abandona a su suerte.

Cuando un hombre ha caído víctima de la Siguanaba, se suele decir que esta lo ganó o jugó.

Son siempre hombres, sobre todo los trasnochadores, infieles, mujeriegos, donjuanes o enamorados, aunque también suele espantar a viajeros solitarios que transitan por veredas despobladas.

Son seres difusos que lavan ropa a orillas de los ríos en las noches sin luna.

La Cegua aparece también a aquellos hombres mujeriegos que andan a altas horas de la noche en la calle, ella se les aparece y con su dulzura le hace creer que es una nueva conquista pero en un momento dado muestra su rostro de caballo.

Cuando tiene atrapada a su víctima, que son hombres y niños, le ofrece una de sus tetas; la aterroriza hasta volverla loca.

A los lujuriosos se les presenta simplemente como una mujer hermosa, mientras que para los enamorados adquiere la apariencia de la amada.

Por ejemplo, algunos la conocen como Macihuatli, otros Matlazihua,[21]​ X'tabay, X'tabal o, popularmente, "Mujer cara de caballo".

Según la versión nayarita, fue una mujer o una diosa de la luna que era esposa del dios Tláloc, con quien tuvo un hijo, el cual trataba mal, lo abandonó y le fue infiel a su esposo, quien, tras descubrir sus malas acciones, la maldijo llamándola Sihuanaba, que significa 'mujer horrible'.

En Durango es conocida como la Caballona, donde también se le aparece a los hombres de comportamiento pecaminoso.

Esta era una diosa maya, dominada como Íxtab, que era la diosa de los ahorcados, esta última premiaba a los suicidas con el cielo pero, con la llegada del cristianismo, ahora es la castigadora de los ya mencionados y una mujer demonio que asusta a los hombres.

A veces los deja ir, los cuales se vuelven locos o, en otras ocasiones, mueren del susto.

Al no poder casarse con su amado, la joven entró en una profunda depresión que gradualmente la llevó a la locura.

La noticia fue el tiro de gracia para ella, el dolor que sintió fue tan grande que en ese mismo momento perdió la poca cordura que le quedaba y enloqueció como si estuviera poseída por algún demonio, salió corriendo dando llantos desgarradores, se paró frente al acantilado y, decido quitarse la vida, saltó al vacío muriendo al instante tras golpearse con las piedras del río.

[59]​ También es llamada la Cigua, aunque este último solo se utiliza en los pueblos y zonas rurales alejados de las ciudades.

[63]​ Al igual que en el sureste de México, la Xtabay también se aparece en las ceibas en la espera de un hombre, principalmente si es alcohólico, para seducirlo con un cuerpo voluntuoso y luego volverlo loco o matarlo al mostrar después su aparencia demoníaca.

Cuando estos acceden a llevarla, se convierte en una mujer horrible con las uñas largas para luego matarlos.

Quienes hayan logrado sobrevivir de la demoníaca aparición, obtienen enfermedades como la fiebre, diarrea o le salen piojos y liendres.

[64]​ En Venezuela, a esta se le conoce como La Sayona,[65]​ un espanto que, al igual que en otras partes de México y Centroamérica, se presenta a los hombres infieles en la forma de una mujer hermosa para luego matarlos al mostrar su aterradora apariencia.

Existen muchas versiones de encuentros con la Sayona, pero en todas coinciden en un mismo hecho, es decir, siempre termina en matar o castigar a los hombres infieles.

Finalmente, tras mucho andar la dama se detenía y le decía al caballero: “Ya me ve usted cómo soy… Ahora, si quiere seguirme, siga…”.

Allí, la historia varía un poco, donde se cuenta que aparece en las carreteras espantando a los viajeros.

De cualquier modo su plan falló casi instantáneamente; pues los hombres le dispararon en cuanto asomó la cabeza por la puerta.

La esposa del colono había sido quemada al grado en que sus manos quedaron reducidas a muñones negros y la piel de su rostro colgaba deformada por el calor como si fuese el hocico de un burro o un caballo.

Ilustración de la Siguanaba.
En la tradición popular y en general, la Siguanaba es descrita como un monstruo con la cabeza de un caballo. En la imagen, foto realista de la Siguanaba.
El uso del machete para formar la Cruz es super importante para la defensa de esta espanto.
El uso del machete para formar la Cruz es importante para la defensa de esta espanto.
El machete se usa para formar una Cruz para vencer a La Siguanaba.
El machete se usa para formar una Cruz para vencer a La Siguanaba.
Acorde con la mayoría de versiones, a veces la Siguanaba se aparece como una mujer blanca desnuda peinándose a la orilla de un río.
En la versión Hondureña la Siguanaba a veces suele aparecer de noche desnuda o semidesnuda siempre tapándose la cara pero con los pechos al descubierto. Lo cual hace atraer a los Hombres.
Se dice que una vez esta se aparece a un hombre, este descubre que su cara tiene un aspecto grotesco.