Xtabay

Xtabay (también llamada X'tabay, X-tabay, Ixtabay, Xtabai o Xtabal), nombre maya de una mujer mitológica.

La partícula x en idioma maya, en este caso, indica género femenino pues es apócope de ix, que significa mujer.

[1]​ Originalmente, el término xtab se utilizaba para referirse a una antigua diosa maya de la muerte.

[4]​ Se le relacionaba con la vida futura en el paraíso y los suicidas por ahorcamiento recibían su protección.

Xtab era comúnmente representada como un cadáver parcialmente descompuesto con los ojos cerrados, colgando de un árbol.

A este papel se le llama psicopompo o guía de almas.

Con la llegada del cristianismo y de los conquistadores españoles a México y Belice, a la diosa Xtab se le modificó como un espíritu malo que seducía a los hombres, cuya espalda es como tronco, que después revelaba un aspecto y rostro demoníaco (o de caballo, según otras variantes);[6]​[7]​ teniendo un rol importante del génesis de la vida sexual.

La leyenda de la Xtabay la establece como una mujer que embruja a los hombres para perderlos o matarlos.

La historia de Xtabay comienza con dos mujeres del pueblo: Xkeban, cuyo significado en español es prostituta o mujer dada al amor ilícito; y Utz-Colel, que en español significa una dama decente y limpia.

Utz-Colel aseguró que aquel olor perfumado debía ser obra de los espíritus malignos, quienes intentaban engañar y provocar a los hombres.

Así mismo, Utz-Colel afirmó que, cuando ella muriese, esparciría un agradable perfume debido a sus virtudes practicadas en vida.

Así se pasaba los días y las lunas; la joven luciendo sus encantos, los corazones consumiéndose en las llamas del amor.

Ahora lo ha comprendido todo; hay otra mujer que se interpone en el camino de su dicha; y la hechicera no podía permitirlo.

En un pequeño homá (cajete, plato hondo de barro) la X-pul-yaah coloca agua cogida en un cenote oculto en el bosque a donde no llegan los hombres y por tanto no está manchada; después va echando diversas hierbas de propiedades milagrosas; y luego coloca el envase sobre unas ramas en llamas para que el calor se forme un filtro, que será su arma vengativa.

Con toda paciencia, durante siete días con sus siete noches consecutivas, la X-pulyaah no descansa de mover y revolver el menjurje, al mismo tiempo que invoca a los espíritus malignos que son sus aliados.

Concluida la operación quita del fuego la vasija y de está descanta un líquido viscoso.

En las ramas del yaax-ché, la X-t’oka-xnuk (búho pequeño) se puso a avisar la partida de la muchacha que durante los atardeceres luciera su abundante cabellera, cual un manto negro que llegaba hasta los morenos, tiernos y tibios tobillos; y en el pueblo todos escucharon el canto de mal augurio: t’o.

Un amor prohibido los hacía que representaba castigo y muerte si les llegaban a descubrir.

El castigo impuesto por los dioses sería el nacimiento de una hija proveniente del pecado que caminaría sola entre las selvas, montes, mares, ríos y montañas para dejar su espectro en toda la faz del Mayab.

En la leyenda, la Xtabay se peina el pelo largo con las espinas del cactus tzacam.

Las mujeres simbolizan la pureza y se les enseña a no hablar con los hombres solas.

Xkeban fue avergonzada y humillada por su gente del pueblo porque no seguía las formas tradicionales de cómo las mujeres deberían comportarse con los hombres.

La Xtabay atrae a los hombres con seducción y esto va en contra de la cultura tradicional maya.

Los orígenes de la Xtabay se encuentran en la diosa Xtab, deidad del suicidio. [ 2 ]