Ah tabai, también llamado Ah-tabai o Itakay, es el nombre que alude a una criatura y divinidad de la mitología maya, cuya leyenda está un poco vigente sobre todo en Cobá, Quintana Roo (México).
Según la mitología maya, estaba vinculado con una unión de otras deidades, como con Ixchel y Itzamna.
En otras versiones, el espectro se transforma cuando la víctima corre para tener relaciones sexuales.
También se le establece como un hombre que embruja a las mujeres para luego matarlas o perderlas en la selva.
Embárquese en un viaje al misterioso reino de Ah-Tabai, donde el bosque susurra secretos y la caza resuena en los pasillos del tiempo.
Con cada movimiento, el bosque se agita en reverencia y las hojas crujen para rendir homenaje a su esquivo protector.
Algunas fuentes atribuyen sus orígenes al dios creador Itzamná, entrelazándolo con las fuerzas fundamentales de la vida y el orden.
Otras lo ubican en compañía de Hunab Ku, la deidad creadora suprema, lo que sugiere un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio cósmico.
La maestría de Ah-Tabai reside en su profunda conexión con las energías primarias que recorren el mundo natural.
Sus extremidades se alargan, sus ojos brillan con una ferocidad indómita y atraviesa la maleza con una fluidez similar a la de una sombra.
Otorga a los cazadores el don de una vista aguda, agilidad y un conocimiento profundo del comportamiento animal.
Su influencia benévola asegura que la persecución de la presa se lleve a cabo con reverencia y equilibrio, garantizando la perpetuación del reino animal al tiempo que se satisfacen las necesidades de la humanidad.
Los cazadores invocan su nombre en busca de una presa fructífera, mientras que los curanderos le ofrecen oraciones cuando atienden a criaturas heridas.
Además, su legado trasciende los confines geográficos e inspira a una gran cantidad de artistas, escritores e incluso desarrolladores de videojuegos, todos los cuales rinden homenaje a su íntima conexión con la naturaleza y la caza.