Zamná, también llamado tras su deificación: Itzamná (del maya: Itzamná ‘casa del rocío’‘ itz, rocío; ah, de/persona que se ocupa de; naah, casa’), fue en un principio un gran sacerdote maya llegado con los chanes de Bacalar (después llamados itzáes) para fundar y establecerse en Chichén Itzá, hacia el año 525 d. C., "durante la primera bajada o bajada pequeña del oriente, que mencionan las crónicas".
[2] Ahí, en Chichén Itzá, habiendo asentado los chanes la sede de su gobierno, vivió Zamná un tiempo y enseñó sus doctrinas.
[4] Aunque anteriormente se aceptaba la etimología que usó Eric Thompson, en la que el nombre de este personaje está compuesto por las partículas itzam lagarto y naaj casa (formando así el compuesto casa del lagarto),[5] estudios epigráficos modernos sugieren que la primera partícula del nombre puede realmente significar iits (raíz lingüística utilizada para denotar toda clase de secreciones, incluidas resina, savia, semen y rocío)[6] o bien, pudiera referirse a su cualidad de dispersor o hechicero.
[7] Sin embargo, la lectura fonética exacta de los glifos referentes a este dios, está todavía por confirmarse.
Según Molina Solís[2] no debe atribuirse a él la fundación de Izamal, aunque este sea un hecho tradicionalmente aceptado; en esta misma tradición local, se afirma que los restos de Zamná fueron enterrados en los diferentes edificios prehispánicos aún existentes en esta ciudad.