Cordemex

[1]​ La agroindustria del henequén se inicia en Yucatán aproximadamente en 1850, prácticamente a la par con la guerra de castas.

Los productos derivados del agave satisficieron en su época una importante necesidad en el mercado mundial, de manera tal que la agroindustria resultó particularmente exitosa durante los primeros 90 años de su existencia (1850-1940).

[8]​ Fue tan grande la aportación en divisas a la economía regional que durante la revolución mexicana, el ejército constitucionalista comandado por Venustiano Carranza, en grave necesidad de recursos para financiar la lucha armada, nombró al General Salvador Alvarado[9]​ para intervenir en la administración yucateca después de que este hubo derrotado militarmente a los grupos contra-revolucionarios que operaban en la región.

Primero la Florida, en los Estados Unidos, después Cuba, Israel, algunos países del África como Tanzania y por último Brasil, fueron adoptando el cultivo, con mayor o menor éxito, modificándose con el transcurrir del tiempo, desde el material agrícola mismo, mediante la híbridación de las plántulas, hasta los mecanismos productivos e industriales que se reinventaron en otras regiones.

En 1955, por disposición del gobierno federal fue disuelta la entidad, para dar paso a la intervención en la agroindustria del Banco de Crédito Ejidal (otra instancia dependiente del gobierno federal) a través de mecanismos crediticios mediante los que se intentó resolver la problemática de la agroindustria.

Durante las primeras décadas de su funcionamiento, Cordemex logró constituir el complejo industrial más grande y moderno del mundo para la industrialización de la fibra del henequén.

[13]​ Los productos fabricados se vendieron en muchos países del mundo y una corta época de relativo auge se vivió en la región al lograrse que la empresa captara cerca del 100% de la producción agrícola henequenera.

Una cierta mejoría en la economía familiar fue percibida por el sector obrero que laboró en la empresa, gracias a un sindicalismo agresivo y reivindicativo.

La actividad en su conjunto vivió crónicamente una ||||situación de pérdidas que fueron creciendo y acumulándose.

[17]​ Al mismo tiempo, es en esta etapa en la que se deslinda el gobierno de la República de las actividades de la agroindustria henequenera y se impulsan, con inversiones públicas en infraestructura y con apoyos específicos, otras actividades económicas que darían cauce a la diversificación económica de la región y a su problemática social, siendo las más conspicuas las relativas al sector turismo, a la infraestructura carretera, al sector manufacturero (industria maquiladora) y a otras ramas de la actividad agropecuaria, como la ganadería y la citricultura.

[18]​ Durante su período como empresa paraestatal, fueron directores de Cordemex, Miguel Olea Enríquez; Federico Rioseco Gutiérrez; Carlos Capetillo Campos; Rodolfo Menéndez Menéndez; Juan Duch Gary, Luis Felipe Riancho Seguí y Raúl Torre Rodríguez a quien correspondió liquidar la empresa.

No es ya frecuente encontrar campesinos jóvenes dedicados a esta actividad y aún la gente mayor que sí la ejerce, se sostiene en ella de manera parcial, teniéndose por lo general otras fuentes de ingreso.

Henequén. Planta llamada Ki en lengua maya. Símbolo de la agricultura del Mayab.
Pacas de fibra de henequén (" sosquil ") almacenadas, listas para ser trasladadas a la cordelería para sufrir su última transformación industrial.
Mientras la agroindustria fue capaz de generar gran riqueza para unos cuantos, el sustrato humano que la hizo posible, el campesino maya, siguió viviendo en una gran pobreza.
Vestigios de una hacienda henequenera. Sigue erecta la chimenea del cuarto de máquinas. Como esta, existieron cientos a lo ancho del extensa región que ocupó la agroindustria durante su auge, hacia principios del siglo XX .
Secador solar para la fibra de henquén. Instalaciones de Cordemex en la desfibradora de Ixil (municipio) , zona henequenera, Yucatán, México.
Naves industriales de Cordemex, en Mérida, ubicadas en la Unidad Revolución en el centro fabril hoy denominado Siglo XXI