Oro verde es el nombre que recibió el henequén en Yucatán durante el siglo XIX, a causa de la gran derrama económica que generó durante su auge industrial.
Con el paso del tiempo, la producción fue creciendo hasta convertirse en importante agroindustria, y los productos derivados del henequén comenzaron a venderse a lugares cada vez más lejanos hasta llegar a los mercados estadounidenses y europeos.
Sin embargo, más adelante, ya entrado el siglo XX, la agroindustria henequenera sufrió un duro golpe con la invención de las fibras sintéticas como el polipropileno, que ofrecían la misma versatilidad por un menor precio.
A la fecha aún existen haciendas henequeneras en el estado de Yucatán, aunque son escasas.
Durante la primera mitad del siglo XX la agroindustria se expandió y conoció nuevos territorios.