Se alimentaría de carbones y cenizas, por lo que sería frecuente encontrar sus huellas en fogatas recién apagadas.
En esta parte de la historia, la visita de la Tulevieja a un hogar donde habitase un recién nacido sería muy peligrosa, porque es probable que el monstruo robe al niño creyendo que es el suyo.
Más alejada de su encarnación como alma en pena, estaría también su función como espíritu vengador femenino, castigando a los hombres lujuriosos - figura del irresponsable padre de su hijo -, los cuales, atraídos por sus voluminosos pechos, la invitarían a bailar, solo para encontrar la muerte desgarrados entre las zarpas del monstruo.
La Tulevieja como tal, es un ser del inframundo que ya se menciona en la mitología bribri[6] (cuyos asentamientos se hallarían en el territorio de Talamanca, en la frontera entre Costa Rica y Panamá, de allí que el mito sea compartido por ambos países), y se trata de un mito compartido igualmente por los huetares y cabécares.
[6] En el mito bribri,[3] la Tulevieja es un Itsö, un ser diabólico anterior al mundo indígena, de gran fuerza y que podía tomar varias formas.
En una de las versiones de esta leyenda, Itsö es finalmente asesinado por el dios del trueno Kíkilma por seducir y luego comerse a su esposa, quemándolo en un hueco con piedras encendidas, por lo que Itsö lanza grandes lamentos a la montaña.
Un itsö de nombre Míkuchake, mató a la esposa de S`ërk`ë y se robó a su hijo, hasta que S`ërk`ë logra matarlo.
Los itsö también tienen el poder de transformarse en una gallina blanca agonizante que se aparece en las casas.
De este modo, W`öke habita en los montes, lanzando aullidos indescriptibles durante las noches, espantando a los cazadores nocturnos.
La chica era muy joven e inexperta, por lo cual habría tenido un embarazo no deseado (que en Costa Rica antiguamente se denominaba en forma coloquial como pata e'banco (pata de banco)) con un hombre lujurioso que conoció en una fiesta, al cual no volvió a ver nunca más luego de confesarle que estaba embarazada.
[2] Como consecuencia y castigo por sus pecados en vida, su alma en pena se transformó en lo que deseaba: un demonio con forma de ave, que, como venganza, se le aparece a los hombres lujuriosos con los senos descubiertos, invitándolos a acariciarla mientras baila.
Pero la fiera tiene un hormiguero entre su pecho, y al tocarla, las hormigas zompopas infernales pican al hombre para anestesiarlo, momento en que la infeliz víctima solo alcanza observar como un monstruo con el rostro demacrado, alas como de murciélago, piernas de gavilán con grandes garras y pies invertidos, alza vuelo hacia él para atacarlo.
Tenemos la simpática versión escazuceña de la historia,[4] donde se cuenta que hace muchos años para la víspera del santo patrono San Miguel Arcángel, un hombre llamado Liborio Constantino de Jesús Fernández Delgado (apodado Tuto Yoyo) logró atrapar a la Tulevieja.
Después de eso, la Tulevieja saldría del templo como un ser más misterioso.
Dios castigó en el acto ese pecado tan grande, convirtiendo a la madre desnaturalizada en tulivieja, un monstruo horrendo que tiene por cara un colador de cuyos huecos salen pelos cerdosos y larguísimos.
[8] En Costa Rica en 1996, el extinto canal Univisión Canal 2 presentó una miniserie televisiva sobre las leyendas costarricenses, llamada "Leyendas, las Vivencias", en la cual se incluyó la versión costarricense de la Tulevieja, con la actriz Marcela Ugalde en el papel principal.