El Dios solar, es señor del decimonono signo de los días quiahuitl (lluvia).
Después de la cobardía de Tecuciztécatl, Nanahuatzin se metió en la pira, salió una chispa hacia el cielo y este mismo se iluminó, surgiendo así el quinto sol.
Así surgió una nueva chispa, se lanzó al cielo y apareció un segundo sol.
El segundo sol, murió porque uno de los dioses menores le lanzó un conejo y lo atravesó.
El dios agradeció los dos y daba sonrisas cada vez que venían a la montaña.
Tonatiuh ayudó Xóchitl a reunir con su amado y ella transformó en una flor.
La imagen ilustra los aztecas y Tonatiuh, el dios tiene muchos ornamentos adornándole.
En la cara tiene aretes circulares, perforaciones en la nariz con joyas, tenía cabello rubio, y una diadema amarilla.