Razonamiento inductivo

Así, un argumento inductivo es fuerte cuando es altamente improbable que su conclusión sea falsa si las premisas son verdaderas.Si con estas definiciones de deducción e inducción se quiere decir que en un argumento inductivo válido las premisas son siempre todas afirmaciones particulares y la conclusión es una afirmación general (esto es, cuantificacional).Muchos consideran que aunque la inducción no se puede validar (ver Problema de la inducción y más abajo), dado que expande nuestro conocimiento del mundo real, es parte indispensable del método científico:[10]​ «La gran ventaja de la inducción no es que se puede justificar o validar, como puede la deducción, pero que, con cuidado y un poco de suerte, puede corregirse, como otros métodos no lo hacen.»[9]​ El origen del método inductivo en la filosofía moderna se debe a la obra de Sir Francis Bacon[11]​ en su Novum organum,[12]​ en la cual «encontramos el primer intento sistemático por mostrar la importancia del argumento inductivo en la formación del conocimiento científico en contraposición al deductivismo imperante en la época, antecediendo dicha exposición con un intento de clarificación del concepto de Inducción basado en el pensamiento aristotélico.».En la primera se hace un inventario de los hechos donde aparece el fenómeno (que Bacon llama «la naturaleza») bajo estudio, tratando que esos hechos sean de características muy variadas para lograr así la visión más completa posible de lo que la experiencia ofrece; en la segunda tabla se deben recoger hechos donde el fenómeno en cuestión no está presente, pero estos hechos deben ser similares a los recogidos en la primera tabla, para así eliminar aquellos casos donde se pueda contraponer un caso negativo; en la tercera tabla debemos ubicar casos donde el fenómeno varía en intensidad aparente.Posteriormente David Hume introduce una distinción entre «ámbitos» del conocimiento que, incluso en el presente, muchos consideran fundamental: «Las existencias reales, las cuestiones de hecho, así como las relaciones de ideas, son, epistemologicamente hablando irreductibles.[14]​ Para Hume la inducción es, básicamente, un proceso psicológico: nuestros aparatos mentales (y no solo los humanos[15]​) están evolutivamente adaptados para generalizar a partir de instancias específicas.[17]​ En otras palabras, una inducción se origina cuando notamos que ciertos hechos parecen repetirse.Tan solo este principio hace que nuestra experiencia nos sea útil y nos obliga a esperar en el futuro una serie de acontecimientos similares a los que han aparecido en el pasado.Al igual que Hume, Herschel establece dos tipos de inducciones, basados en dos principios generales.Según John Stuart Mill,[22]​ los primeros cuatro cánones, apuntan a concluir qué circunstancia hallada en los casos es causa del fenómeno estudiado.Si esta observación se produce una y otra vez, tenemos motivos fundados para concluir que, mientras que la experiencia de otras observaciones no demuestre lo contrario, el agua no puede ser condición necesaria para la combustión.Lo mismo pero explicitando el principio de uniformidad: he visto ese cisne y era (por cualquier motivo) blanco.Lo mismo después de estudios: los cisnes europeos son, debido a causas genéticas, blancos.La deducción predice las consecuencias experimentales que se deberían observar si la hipótesis fuera correcta.La inducción, ahora, no descubre leyes ni es creativa, sino que verifica las hipótesis propuestas mediante la experimentación (generando grados estadísticos de corroboración).(ver Hipótesis en estadística inferencial) Desafortunadamente, el trabajo de Peirce fue poco conocido en ámbitos lógicos y filosóficos.[38]​ Esto llevó al desarrollo de «El llamado enfoque bayesiano o lógica inductiva».[61]​ Parece claro que para proveer tal criterio, una lógica inductiva tendrá algo así como las siguientes características[62]​ Este asunto es quizás uno de los puntos más complejos en la materia.Generalmente es considerado que Carnap y otros induccionistas no lograron establecer tal criterio.[63]​ Sin embargo, de acuerdo a Imre Lakatos, Karl Popper, quien era anti-inductivista, por lo menos en el sentido usual de la palabra[64]​ - lo hizo: «Sin embargo, su tercera nota,[65]​ publicada en 1958, representa un cambio interesante.En esta nota Popper elaboró una medida para los grados de corroboración de teorías estadísticas, dada evidencia interpretada estadísticamente, una "métrica o lógica absoluta", basada en consideraciones puramente lógicas, que él consideró "completamente adecuada"».[68]​ En la década de los cuarenta del siglo XX Carl Hempel avanzó[69]​[70]​ una crítica tanto a la interpretación lingüística como estadística de la inducción,[71]​ exponiendo lo que él consideraba una falla que hace imposible la consistencia lógica en cualquier lógica inductiva.[72]​ Estas sugerencias llegaron a ser dominantes en la filosofía de la ciencia en las décadas del 50 y 60[73]​ El problema sugerido por Hempel es que, cuando enunciamos una proposición general o avanzamos una hipótesis, estamos al mismo tiempo avanzando una o varias hipótesis que son lógicamente equivalentes.Tercero, la condición de consistencia, donde todo informe de observación lógicamente consistente es compatible con las hipótesis que confirma: a menos que sea contradictorio, no confirma hipótesis incompatibles o contradictorias.En ese esquema, Hempel acepta la inducción solo para justificar «probabilisticamente» alguna hipótesis,[79]​ pero para esa justificación transforma las proposiciones inductivas en proposiciones cuasi-deductivas (en que su «confirmación» se deriva de principios asumidos, es decir, no confiere certeza absoluta, sino solo un grado de racionalidad a su aceptación): «Hempel niega la justificación de la inducción.Porque, como dice Goodman, «(las) regularidades están donde usted las encuentra, y se pueden encontrar en cualquier lugar».Pero, y obviamente, en la práctica tanto diaria como científica, solo algunas de ellas son consideradas.Esto nos da una regla formal para decidir y/o juzgar la evidencia, a diferencia del principio de uniformidad, que hace la suposición que el universo es «legal» (se comporta de acuerdo a «leyes naturales» descubribles).Su validez depende de su conformidad con las inferencias deductivas particulares que hacemos y sancionamos en realidad.El punto es que las reglas y las inferencias particulares por igual se justifican porque son llevadas a un acuerdo entre sí.
Circuito empírico: Hacer predicciones.- «Determinar» observaciones (a realizar).- Evaluación de los resultados.- Preparación de hipótesis