La infección puerperal es una inflamación séptica, localizada o generalizada, que se produce en los primeros quince días del puerperio como consecuencia de las modificaciones y heridas que el embarazo y parto causan sobre el aparato genital.
[1] Aunque el término fiebre puerperal sigue siendo descrito en la literatura, ha perdido favor como categoría diagnóstica.
En lugar de ello, la terminología contemporánea suele especificar: La endometritis es la fuente más común de infección posparto.
Otras fuentes de infecciones postparto incluyen:[2] Los microorganismos más frecuentes provienen de fuentes endógenas o exógenas.
Las bacterias endógenas normalmente habitan en la madre e incluyen Escherichia coli, Streptococcus faecalis y anaerobios como el género Clostridium, mientras que los exógenos provienen de otra persona o del material usado durante el parto.