Es la localización más frecuente de la infección puerperal y suele manifestarse hacia el 30 - 50 día del puerperio.
Los síntomas más habituales son el malestar general, con inquietud o sensación de enfermedad, la fiebre entre moderada (37.7 °C) y alta (40 °C), el dolor pélvico o abdominal bajo (dolor uterino), el sangrado vaginal anormal, la secreción vaginal anormal con aumento de la cantidad de color, consistencia y olor inusuales, el malestar intestinal (que se puede presentar estreñimiento) y el abdomen distendido.
[2] La paciente puede mostrar en el examen médico sensibilidad abdominal en el bajo abdomen y disminución de los sonidos intestinales.
Además, puede presentar sensibilidad en el útero y en el cuello uterino, así como secreción vaginal.
Además del tratamiento es muy importante que la paciente permanezca convenientemente hidratada y en reposo.