Judeoconverso (España)

Los que siguieron practicando la religión judaica en secreto, denominados marranos, fueron objeto de una dura persecución por la Inquisición española creada en 1478 precisamente para resolver el llamado "problema converso".

[…] [La gente] se cree víctima de una maldición, castigada por pecados que habría cometido.

[5]​[6]​ Desde Sevilla la violencia antijudía se extiende por Andalucía y luego pasa a Castilla.

Como ha señalado Joseph Pérez, "el judaísmo español nunca se repondrá de esta catástrofe".

[9]​ En el siglo XV el problema principal dejan de serlo los judíos para pasar a serlo los conversos, cuyo número según Joseph Pérez probablemente estaría cercano a los doscientos mil.

[11]​ En el siglo XV las posiciones abandonadas por los judíos fueron ocupadas en su mayoría por los conversos, que se concentran allí donde habían florecido las comunidades judías antes de 1391.

[21]​ Según Joseph Pérez, Fernando e Isabel "estaban convencidos de que la Inquisición obligaría a los conversos a integrarse definitivamente: el día en que todos los nuevos cristianos renunciaran al judaísmo nada les distinguiría ya de los otros miembros del cuerpo social".

[24]​ En sus investigaciones los inquisidores descubrieron que desde hacía tiempo muchos conversos se reunían con sus familiares judíos para celebrar las fiestas judaicas e, incluso, asistir a las sinagogas.

[28]​ Aunque en el decreto de expulsión no se hacía referencia a una posible conversión, esta alternativa estaba implícita.

Los judíos más prominentes, con pocas excepciones entre las que destaca la de Isaac Abravanel, decidieron convertirse al cristianismo.

Asimismo, pudieron recuperar todos sus bienes por el mismo precio al que los hubieran vendido.

[40]​ Se ha discutido ampliamente la etimología del término "marrano", y existen diversas opiniones al respecto.

Algunos afirman que su origen es incierta, otros lo relacionan con la costumbre judía de no comer cerdo y otros con el verbo marrar ('fallar') en referencia a que esos judíos no se convirtieron de forma sincera.

[41]​ Con este nuevo significado también aparecerán otros apelativos con la misma connotación despectiva: cristãos novos, chuetas, alboraicos, ladinos y a naçao.

Así el marranismo fue una forma de criptojudaísmo, que fue justificado por los rabinos con el argumento de que los judíos podían -e incluso debían- fingir convertirse a otra religión si creían en peligro su vida.

Además estos criptojudíos estaban exentos de cumplir aquellas prácticas del culto que pudieran delatarles, y solo se les exigía en última instancia que mantuvieran la fe en sus conciencias.

[42]​ La Inquisición comenzó a actuar inmediatamente contra los judaizantes y en las cuatro décadas siguientes éstos fueron sus principales víctimas.

Incluso la Inquisición se ocupó de erradicar la práctica bastante común de llamar "judío" a un enemigo –el agraviado podía llevar su caso ante el Santo Oficio y que este demostrara que no tenía ningún antepasado judío, limpiando así su honor–.

Diego Serrano de Silva escribió en 1623:[45]​ Sin embargo, Henry Kamen afirma que a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII continuaba habiendo judaizantes, pero eran "irreconocibles como judíos" porque "virtualmente todos los signos del judaísmo [como la circuncisión, el sabbat, las fiestas judías, abstenerse de comer cerdo] habían desaparecido".

"Los que permanecieron aferrados a su identidad mantenían, sin embargo, una fe inquebrantable en el Dios de Israel, transmitían de padres a hijos las pocas oraciones tradicionales que podían recordar y usaban el Antiguo Testamento católico como lectura básica".

El problema que se planteó fue que buena parte de estos judeoconversos portugueses eran marranos, porque hasta cincuenta años después de que se les obligara a bautizarse en 1497 no se implantó la Inquisición allí y durante ese tiempo habían podido seguir practicando más o menos abiertamente la fe judaica.

Un cronista anotaba: "He sabido como cosa cierta que se trata de restituir y traer a los judíos, que están en las sinagogas de Holanda y otras partes… Opónese la Santa Inquisición".

Gracias a ellas "un marrano, nada más llegar a una ciudad o tierra desconocida, entra rápidamente en contacto con otros marranos, parientes o amigos de amigos, que le ayudan y, muchas veces, le dan la oportunidad de practicar el judaísmo o incluso le incitan a judaizar cuando había dejado de hacerlo".

En ella se describía una supuesta reunión secreta celebrada en Salónica, entonces una ciudad del Imperio Otomano y donde vivían miles de sefardíes, entre judíos llegados de todas partes de Europa y los Monopantos, es decir, los cristianos que estaban dispuestos a colaborar con ellos para acabar con el mundo cristiano –entre los que se puede suponer que se encontraría Olivares—.

[50]​ En esos años la Inquisición procesó por judaizantes a algunos banqueros portugueses como Manuel Fernández Pinto o Juan Núñez Saravía.

Nueve años después algunos chuetas organizaron una conjura pero fracasó dando lugar a cuatro autos de fe celebrados en 1691 en los que fueron ejecutados 37 condenados en persona y 49 en efigie.

A un sacerdote de origen chueta J. Taronjí se le prohibió predicar en 1876; en 1904 al presidente del gobierno de entonces, el mallorquín Antonio Maura, en un debate parlamentario un diputado le gritó: que se calle el chueta.

Según Henry Kamen, las "comunidades del estatuto", como se las llamaba, se reducían "a los seis colegios mayores de Castilla, a algunas órdenes religiosas (jerónimos, dominicos y franciscanos); a la Inquisición [que aprobó su estatuto de limpieza de sangre en 1572] y algunas catedrales (Toledo, Sevilla, Córdoba, Jaén, Osma, León, Oviedo y Valencia).

[62]​ Y para entrar en la nobleza no se exigía la limpieza de sangre, aunque los conversos condenados por la Inquisición por herejía podían ser excluidos.

[71]​ En el siglo XVIII los ministros ilustrados del reformismo borbónico criticaron los estatutos aunque no los abolieron —el conde de Floridablanca los condenó porque "se castiga la más santa acción del hombre, que es su conversión a nuestra santa fe, con la misma pena que el mayor delito, que es apostatar de ella"—.

Detalle del cuadro de Pedro Berruguete " Auto de fe " (h. 1500), en el que aparecen dos penitenciados por la Inquisición española , probablemente judeoconversos, llevando sus respectivos sambenitos
Matanza de judíos en Barcelona en 1391 ( Josep Segrelles , ca. 1910).
Asesinato del inquisidor Pedro de Arbués (1664), por Murillo (originalmente en la Capilla de la Inquisición, Sevilla . Actualmente en el Museo del Hermitage , San Petersburgo ). El crimen de Arbués suscitó el horror y la indignación en todo el reino y acrecentó el odio hacia los conversos y hacia los judíos , desatándose una feroz represión.
Cuadro Virgen de los Reyes Católicos en el que aparece arrodillado detrás del rey Fernando el Católico, el inquisidor general Tomás de Torquemada , y arrodillado detrás de la reina el inquisidor de Aragón Pedro de Arbués .
Marranos. Séder de Pésaj secreto en España en la época de la Inquisición . Pintura de historia del artista ruso-judío Moshe Maimon , [ 43 ] ​ 1893.
San José de Anchieta (1534–1597), misionero jesuita español en Brasil y uno de los fundadores de Sao Paulo y Río de Janeiro . José de Anchieta era descendiente de judeoconversos por línea materna.
Retrato de Juan Martínez Silíceo , arzobispo de Toledo, por Francisco de Comontes , que consiguió que se aprobara un estatuto de limpieza de sangre en la catedral de Toledo .