El Artículo 5 de la Constitución establece que: Los pueblos indígenas en Nicaragua están distribuidos, histórica y culturalmente entre la costa Pacífico, y centro norte del país, habitadas por descendientes de los Chorotegas (221.000), los Cacaopera o Matagalpa (97.500), los Ocanxiu o Sutiaba (49.
En la costa del Caribe viven los Mískitu (150.000), los Sumu o Mayangna (27.000) y los Rama (2.000).
Los afrodescendientes, referidos como "Comunidad Étnica" en la legislación nacional, tienen derechos colectivos otorgados por la Constitución de Nicaragua (1987).
Estas son las siguientes: Las políticas económicas y ambiéntales han provocado cambios sustanciales en el hábitat de las poblaciones indígenas, con la introducción de cultivos como el café, la caña de azúcar, la palma africana y el algodón los pueblos indígenas fueron despojados u obligados a vender sus territorios obligándolos a internarse en lugares recónditos.
La población indígena se estima entre de 670.200 (según el censo 2021) y 805.424 habitantes, para un porcentaje que va del 10% al 14%.
En su mayoría, los pueblos indígenas tienen posesión sobre sus territorios, en las regiones del Pacífico y Centro-Norte poseen Títulos «Reales» emitidos por la Corona Española en el periodo post-Colonial, y por compras realizadas a los gobiernos municipales.
La autoridad en estos pueblos la ejercen Juntas Directivas electas en asambleas o cabildos abiertos que son posteriormente certificados por los gobiernos municipales, lo que constituye según la Ley de Municipios (Ley N.º 40) la legalidad jurídica de las organizaciones indígenas.
Estos pueblos poseen tierras comunales, pero no están demarcadas al estilo del Pacífico (reclaman la demarcación territorial) pero aún dentro del proceso de diversidad, lo que identifica y cohesiva a estos pueblos es una cultura propia: idioma, costumbres.
La definición conceptual del ser indígena presenta dos variantes: Los pueblos indígenas impulsan una agenda común nacional en la que se prioriza el tema del medio ambiente y los recursos naturales, ya que está íntimamente ligado a la vida de las comunidades, la problemática ambiental que se enfrenta es producto de factores externos y no-consecuencia del uso por las comunidades.
XLII, cap XII) menciona una tribu llamada Guaxenico que era probablemente una de las tribus ulvas.
Actualmente por su actividad productiva es el territorio que más aporta en la economía nacional por la exportación de productos pesqueros (langostas, camarones y pescado) y la afluencia de turismo; sin embargo los mayores beneficiarios son empresarios extranjeros.
[8] Diriangén, fue un gran guerrero de los dirianes, cuyo valor y coraje se manifestó en la resistencia mostrada a los conquistadores españoles, enmarcada en su combate histórico del 17 de abril de 1523; primer encuentro bélico entre dos pueblos o dos culturas, que luego se acrisolaron para formar lo que hoy es el pueblo nicaragüense.
Tanto Lolita como su esposo no tuvieron acceso a escritos hoy descubiertos, según el narrador de Gil González que venía con el marino Cristóbal Niño, y traía un traductor náhuatl; éste no entendió el dialecto de Diriangén, y dijo que hablaban quiché como las regiones de Guatemala.
Gil estaba doliendo de una pierna, no presentó combate y huye para Nicoya donde le esperaba Gaspar Niño en la nave.
Gil no subió hasta Diriomo se mantuvo en el istmo esperando la nave.
Un dato interesante es que las doncellas vestían únicamente sonajas en los tobillos y en los brazos.
El tan mencionado diálogo entre el capitán Gil González Dávila, y el cacique Macuilmiquiztil (Nicarao); así como la supuesta conversión al cristianismo de este cacique con todos sus principales y pobladores, antecedió al primer enfrentamiento militar indígena-español en suelo de lo que hoy se llama Nicaragua.