Los comerciantes y los marineros neerlandeses también participaron en la oleada de exploración que continuó durante los siglos XVI y XVII, pero aunque los neerlandeses descubrieron vastos territorios gracias a descubridores como Willem Barents, Henry Hudson, Willem Janszoon y Abel Tasman en el Ártico o en Oceanía, generalmente estos no llegaron a formar parte del Imperio colonial neerlandés.
Por aquella época los españoles mantenían una guerra contra los rebeldes neerlandeses que pretendían independizarse.
Los neerlandeses llegaron por primera vez a Ceilán en 1602, por aquel entonces la isla se encontraba bajo dominio portugués.
Entre 1636 y 1658 los neerlandeses lucharon contra los portugueses para expulsarlos, inicialmente invitados por los gobernantes locales.
Los budistas, los hindúes y los musulmanes habían sufrido la persecución religiosa del dominio portugués; los neerlandeses estaban más interesados en el comercio que en convertirlos al cristianismo, por eso fueron bien vistos por los gobiernos locales.
Su importancia se debe a que la isla era el punto intermedio entre Sudáfrica e Indonesia.
Además era una fuente de canela y elefantes, que luego eran vendidos a los príncipes indios.
Los neerlandeses controlaban en la isla de Taiwán la zona sur, cuya base principal era Fort Zeeland.
Los neerlandeses mantenían una buena relación con los nativos y muchos aprendieron el idioma de los colonizadores.
En 1661, una flota con aproximadamente 1000 embarcaciones liderada por Koxinga desembarcó en Lu'ermen para atacar Taiwán y expulsar a los neerlandeses de la isla.
Los neerlandeses arrebataron a los portugueses Malaca, situada en la costa oeste de Malaya (ahora Malasia Occidental), en 1641.
Los comerciantes chinos y coreanos siguieron siendo bienvenidos, aunque tenían sus movimientos restringidos.
Originalmente, los neerlandeses negociaban con seda, pero más adelante el comercio del azúcar se hizo muy importante.
Los asentamientos se establecieron inicialmente en los alrededores del río Hudson: Fort Nassau creado en 1614, abandonado en 1617 por las continuas inundaciones y restablecido en 1624 con el nombre de Fort Oranje, hoy día Albany y Nueva Ámsterdam, fundada en 1625 en la isla de Manhattan.
El tratado firmado entre los neerlandeses y los ingleses podía considerarse como el cese de las hostilidades y cada parte mantendría cualquier tierra conservada o conquistada a partir del momento en que el tratado de Breda daba por finalizada la anterior guerra anglo-neerlandesa.
En ese momento la nuez moscada era más cara que el oro y la isla era el único lugar del mundo donde crecía el árbol de la nuez moscada, por esto los neerlandeses no lamentaron la pérdida de Nueva Ámsterdam.
Si bien ni portugueses ni españoles lograron expulsarlos, los ingleses sí consiguieron arrebatarles el actual territorio de Guyana, por lo que los Países Bajos sólo retuvieron la Guayana Neerlandesa, actual Surinam.
[1] Los ghaneses fueron reclutados durante el siglo xix para el Real Ejército de las Indias Orientales Neerlandesas.
Atrajo a numerosos colonos europeos y su influencia se extendió hacia el interior dentro del territorio.
De hecho Bélgica declaró su independencia (Revolución Belga) en 1830 y fue reconocida en 1839 por los Países Bajos.