Juan Mauricio se unió al ejército holandés en 1621 durante la guerra de los Ochenta Años.
Con la colaboración del arquitecto Pieter Post de Haarlem transformó Recife, construyendo una nueva ciudad llamada Mauritsstad en su honor.
Sus ambiciosos planes y el alto coste económico que conllevaban alarmó a los dirigentes de la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales, pero Juan Mauricio rehusó retener su puesto a menos que tuviera las manos libres, y así, volvió a Europa en julio de 1644.
Su gestión en Renania fue tan eficaz como lo había sido en Brasil, demostrando sus dotes como gobernante.
En 1675 se retiró del servicio militar y pasó los últimos años de su vida en Cléveris, donde murió en 1679.