Siglo de Oro neerlandés

Ese poder hegemónico se perdió primero ante Francia a finales del siglo XVII y después ante Inglaterra con el Tratado de Utrecht.

A pesar de los desarrollos en la cultura neerlandesa, que incluyeron desarrollos artísticos y científicos, existe aún un debate sobre si el término de edad o siglo de oro es apropiado[2]​ o no, en tanto algunos críticos señalan que el florecimiento del estado no representó un beneficio igual sobre la población, particularmente los esclavos.

[3]​ Previamente, en el territorio neerlandés, se situaban las Provincias Unidas, formadas por las siete provincias del Norte de los Países Bajos (Frisia, Groninga, Güeldres, Holanda, Overijssel, Utrecht y Zelanda), agrupados desde la Unión de Utrecht (1579).

Esto se debió a que mientras en el periodo 1600-1750 se propugnó el mercantilismo entre los países (intervención del estado en la economía para conseguir una balanza comercial favorable — «vender mucho y comprar poco», se decía, y aumentar la producción), los Países Bajos tomaron la decisión de no poner trabas económicas y fomentar el comercio.

De ello se derivó su poder hegemónico y su éxito en el ámbito productivo.

Las bases de producción ya estaban establecidas algún tiempo atrás, pero su máximo brillo económico ocurrió en el periodo 1625-1675.

Es importante hacer hincapié en lo relacionado con los productos en la bodega de los puertos, que evitaban irregularidades en los precios y facilitaban la rapidez.

A Hugo Grocio se le atribuye la paternidad del derecho internacional moderno, cuyo punto principal es la libertad de acción.

El éxito de la economía neerlandesa se corresponde con la organización interna del territorio.

El florecimiento de Ámsterdam se produjo durante este siglo, construyéndose sus más importantes canales.

[4]​ Los Estados Provinciales dirigían las Provincias y eran los encargados de fijar el marco legal con las leyes.

En las provincias interiores, sobre todo las del norte, había un equilibrio entre la nobleza y los ciudadanos.

Este cargo suponía el elemento rigorista (el hombre de la guerra) frente al pensionario que era más pacifista.

Las diferentes concepciones políticas imperantes en este país se resumían en dos: republicanos y orangistas:

Los Países Bajos abrieron sus fronteras a todos aquellos que podían dar beneficios, incluido el mundo de la cultura.

Se convirtieron en un lugar de acogida para corrientes religiosas perseguidas como eran los hugonotes, los jansenitas, los puritanos ingleses, etc.

Estos personajes importantes escribían aquí sus obras dando mucha importancia a la industria del libro, libros que a veces se exportaban de una forma legal y otras de manera clandestina.

Mapa de las Provincias Unidas .
Molinos de viento en los Países Bajos, utilizados para moler el grano.
Pintura histórica "De Gouden eeuw" sobre la familia De Graeff en el Siglo de Oro neerlandês. Los protagonistas se muestran en torno a Cornelis de Graeff (centro) y sus familiares Johan de Witt (derecha), Cornelis de Witt (izquierda) y Andries Bicker (segundo desde la izquierda), así como algunos acontecimientos notables de esa época. (pintura de Matthias Laurenz Gräff , 2007)