Estos dispositivos han sido creados para proporcionar la hora en situaciones donde los astros no podían verse.[1] La relojería atravesó etapas en las que la regularidad de los astros proporcionaba una medida suficiente del tiempo, pero poco a poco distintos dispositivos mecánicos cada vez más perfeccionados han sido capaces de sustituir esa medida, hasta que los relojes electrónicos y atómicos han alcanzado medidas del tiempo muy precisas empleadas por ejemplo en la localización mediante GPS.Los métodos de medida del tiempo se fundamentaron desde sus comienzos en el sistema sexagesimal, muy común en el mundo occidental.[1] Se construyen por esta época disposiciones en forma de círculos de piedra, tales como el famoso Stonehenge,[8] que fueron erigidos en diferentes partes del mundo, especialmente en la Europa prehistórica y están considerados como uno de los primeros calendarios empleados para predecir las estaciones y los eventos anuales tales como los equinoccios o los solsticios.Los primeros sistemas horarios dividían el día (el arco diurno del sol) en 12 horas, lo que hacía que las horas fuesen más largas en verano, y más cortas en invierno, división división del tiempo conocida como sistema horario temporario.[10] No sería hasta 1884 cuando se estableció el Tiempo Medio de Greenwich, que acabaría convirtiéndose en la referencia para el establecimiento del sistema internacional de husos horarios.Es muy posible que los primeros dispositivos solares estuviesen dedicados a proporcionar más una información relativa al calendario, indicando el paso de las estaciones.Durante la dinastía Sui los inventores Geng Xun y Yuwen Kai fueron los primeros en crear la clepsidra equilibrada con posiciones estándar gracias al empleo de una balanza de hierro.[18] Los ingenieros árabes del siglo XIII, durante lo que se denomina como Edad de Oro del Islam, perfeccionaron las diversas clepsidras que provenían de oriente.Un ejemplo es Al Jazarí, que en el año 1206 realizó diversos estudios relativos a los relojes de agua elaborados por los chinos, conocimiento que acabó reflejando en un dispositivo denominado reloj elefante.Los relojes empezaron a construirse con piezas mecánicas móviles a finales del siglo XIII (uno de los primeros fue el del abad Richard de Wallingford),[20][21] y eran tan grandes que se colocaban en iglesias y ayuntamientos.La ubicación de estos instrumentos era en lugares altos y públicos, generalmente torres donde se podían tocar las campanas y poder así distribuir las señales horarias a la población.[23][22] A pesar de que Galileo estudió la cinemática del péndulo con detalle antes del año 1582, se puede decir que nunca construyó un reloj basado en el uso de este elemento.[24] Ya en el año 1904, el aviador Alberto Santos-Dumont pidió a su amigo francés Louis Cartier, un prestigioso relojero, que le diseñara y construyera un reloj útil durante sus vuelos.Experimentó con formas de regular la electricidad y sus dispositivos mejorados demostraron ser más fiables.El científico inglés Charles Wheatstone, a quien Bain conoció en Londres para discutir sus ideas sobre un reloj eléctrico, produjo su propia versión del reloj en noviembre de 1840, pero Bain ganó una batalla legal para ser reconocido como el inventor.[32][33] En 1857, el físico francés Jules Antoine Lissajous mostró cómo se puede usar una corriente eléctrica para hacer vibrar un diapasón indefinidamente, y probablemente fue el primero en usar la invención como un método para medir con precisión la frecuencia.[44] Los suizos, que fueron neutrales durante la Primera Guerra Mundial, fabricaron relojes de pulsera para ambos bandos del conflicto.[46] El reloj automático, introducido por primera vez con un éxito limitado en el siglo XVIII, fue reintroducido en la década de 1920 por el relojero inglés John Harwood.[48] En 1930, Tissot produjo el primer reloj antimagnético (es decir, que su marcha no se ve afectada por la proximidad de un imán).[49] Los primeros relojes alimentados con pequeñas baterías eléctricas se desarrollaron en la década de 1950.[56] Los relojes atómicos son los dispositivos de cronometraje más precisos en uso práctico en la actualidad.Aunque menos preciso que los relojes de cuarzo existentes en ese momento, sirvió para demostrar el concepto.