La primera misa en el territorio entrerriano pudo haber tenido lugar en 1607.
Este obispado, sufragáneo del arzobispado de Lima, comprendía en teoría la totalidad del territorio entrerriano aun sin conquistar por los españoles y bajo dominio indígena.
Quedó también establecida una parroquia, de Todos los Santos, con la misma jurisdicción que el cabildo, comprendiendo la mayor parte del centro y norte entrerriano.
Como un sacerdote acompañaba a Hernandarias, los historiadores entrerrianos suponen que allí se ofició la primera misa en Entre Ríos.
Con encomiendas de indígenas mepenes Hernandarias, Diego Ramírez y Feliciano Rodríguez tenían reducciones en sus tierras entrerrianas, las que para 1610 ya no existían.
Estaba a cargo de un sacerdote llamado Francisco, nombre del que deriva el topónimo del arroyo Pay Ticú (padre Francisquito en idioma guaraní) ubicado en sus cercanías.
Debido a los ataques indígenas sobre Santa Fe se establecieron pobladores en La Bajada (la actual Paraná).
Ese cabildo indígena decidió el 20 de noviembre de 1769 reconstruir el poblado del Salto Chico en la orilla occidental del río Uruguay.
La nueva fundación en la actual Concordia conservó el oratorio dedicado a san Antonio de Padua.
Entre 1778 y 1782 la zona quedó efectivamente poblada e integrada a las Misiones, cuyo límite sur se estableció de hecho en el arroyo Yeruá.
[8] En 1771 unas 40 familias se situaron en la actual Gualeguaychú, en donde en 1777 fue construida una capilla pública consagrada a san José y a la Virgen del Rosario, servida por fray Mariano Amaro.
En 1779 la región fue visitada por el nuevo obispo de Buenos Aires, Sebastián Malvar y Pinto, quien desde Santo Domingo Soriano pasó a Gualeguaychú y siguió hacia Misiones.
El nuevo virrey, Nicolás del Campo, asumió en febrero de 1784 y destinó a Rocamora a Montevideo, por lo que este no pudo realizar la fundación de una villa junto a la capilla del Carmen de Nogoyá, ni tampoco en La Bajada.
Dispuso además que el partido de Moreira no pertenecía a ninguna parroquia y sus fieles debían ser atendidos provisoriamente por el cura de Concepción del Uruguay.
Entre 1778 y 1780 se construyó un oratorio o capilla en la Estancia Grande de Juan Ventura Déniz, ubicado unos 300 m al norte del arroyo Feliciano próximo a la confluencia del arroyo Ortiz cerca de Santa Elena.
[15] Esa capilla funcionó hasta 1839, debido que la población fue trasladada a la nueva villa de La Paz, y quedó destruida por un incendio en 1860.
El cura tenía dos ayudas de parroquia en Salto Chico y en Belén.
[17] En 1805 el obispo dictó un auto autorizando la construcción de capillas en el arroyo Villaguay y en las puntas del Guayquiraró, bajo la jurisdicción de Concepción del Uruguay, sin embargo, no se establecieron.
En 1809 el obispo Lué autorizó la construcción de una capilla en arroyo Palmar, costeada por el vecino Cristóbal Espino, siendo su primer cura fray Joaquín de Oliden.
En 1803 el obispo de Buenos Aires mandó a realizar un censo con empadronamiento en Entre Ríos.