[1] El Falcon no solamente fue un vehículo fabricado exclusivamente para el público argentino, ya que también se exportó a Cuba durante la presidencia de Juan Domingo Perón,[2] y a Uruguay,[3] país donde es considerado un clásico al igual que en Argentina.
El Ford Falcon se hizo popular en la vida cotidiana argentina, siendo empleado como taxis, flotas empresariales, vehículos policiales y de instituciones gubernamentales.
El Falcon, aunque de menor tamaño que sus rivales, tiene todas las virtudes necesarias para satisfacer al usuario estadounidense quien exige de un automóvil confort, velocidad y el espacio suficiente como para llevar cómodamente seis personas.
El Ford Falcon se fabricó no solo en su país natal, sino también en Argentina y Australia.
El techo de vinilo, los asientos del tipo butaca (toda una novedad para la época), la consola central y el nuevo motor de 187 pg3 (3064 cm³ - 116 HP), eran las principales novedades del nuevo modelo.
A principios de 1966 se produjo la primera renovación de importancia del Falcon dado que fue el primer restyling hecho íntegramente en Argentina, debido a que el Falcon en Estados Unidos tomó un rumbo diferente al original.
El diseño de la rural era íntegramente argentino, ya que la versión estadounidense tenía diferencias en el largo de la carrocería y en los pilares y vidrios traseros, que la hacía diferente a este desarrollo nacional la diferencia era su imitación simil-madera en las puertas y el portón trasero, con vidrio eléctrico.
(En estos años se conoció la versión futura con asientos individuales del tipo buck seats) el aspecto exterior se destacaban los faros delanteros (dobles en las series de alta gama) que enmarcaban una parrilla modificada.
En ese año Ford Motor Company discontinuó el auto en los Estados Unidos, sin embargo siguió produciéndose en La Argentina y Australia.
A fines de 1972 salió una actualización refrescante en el diseño, cuyas versiones más equipadas llevaban faros cuadrados y dobles, las luces traseras también fueron modificadas igual que la parrilla, que adoptaba ahora barras transversales.
En 1973 se agrega un producto totalmente nuevo de carácter utilitario a la línea Falcon, la pick-up Ranchero, la cual, a diferencia del Ranchero estadounidense, estaba basada en el modelo sedán de cuatro puertas.
El nuevo Falcon contaba con aire acondicionado incorporado en la plancha, lo que demandó un arduo desarrollo para conseguir un mayor espacio interior.
También se colocó un motor diésel 2.4 marca VM, de origen italiano, comercializado en Argentina por la empresa Borgward Puntana, pero el proyecto fracasó al poco tiempo debido a que esta empresa no podía entregar a tiempo los motores a Ford (Autolatina), dejando solo unas pocas unidades en la calle, las cuales son consideradas actualmente rarezas por su escasa cantidad.
Ante esta avanzada, Ford propuso crear un equipo particular, poniendo en pista un Falcon de primera generación, con Oscar Gálvez al volante del mismo.
En este aspecto, muchos pilotos y representantes de Ford elegían al Falcon como unidad para correr, tanto en formato estándar, como implementadole múltiples reformas para convertirlos en prototipos de carreras.
Para su presentación, Ford Argentina decidió crear su Equipo Oficial Ford de TC, por el cual decidieron aprovechar las libertades reglamentarias que otorgaba en ese entonces la categoría, con el fin de crear un automóvil 100% competitivo.
[12] La vida del Angostado como buque insignia del equipo oficial duró hasta 1969, cuando fueron reemplazados por los prototipos Huayra y Halcón de Heriberto Pronello, sin embargo continuó en manos privadas hasta fines de 1970.
Con el paso del tiempo y al igual que sus rivales tradicionales (Chevy, Dodge y Torino), el Falcon continuó compitiendo dentro del Turismo Carretera, aún después de haber sido discontinuada su producción en 1991.
Asimismo, se dio paso a una avanzada de nueva generación encabezada por Mariano Werner, Diego Aventín o Mauro Giallombardo entre otros.
[18] Todo este conjunto es montado sobre una moderna estructura tubular, construida por la firma Talleres Jakos, con homologaciones y parámetros técnicos fijados por la Asociación Corredores de Turismo Carretera.
[5] Estos autos tenían en su mayoría patentes de Capital Federal, por lo que empezaban generalmente con la sigla "C92".