Estado Libre del Congo

Para mantener su control sobre la población nativa, la administración colonial instauró un régimen de terror, en el que fueron frecuentes los asesinatos en masa y las mutilaciones.

Hizo una oferta a los demás accionistas del Comité, quienes aceptaron sin dudarlo, y se convirtió en el único propietario de la sociedad, que terminaría por desaparecer un año después.

[12]​ Un rival inesperado surgió en la persona del canciller alemán Bismarck, decidido a que la recién nacida Alemania tomase parte en la carrera colonial.

[13]​ Se necesitaba, sin embargo, que todas las potencias europeas llegasen a un acuerdo acerca de la cuestión del Congo.

[14]​ Con este fin, convocó a una conferencia internacional, conocida como la Conferencia de Berlín, a la que fueron convocadas tanto las principales potencias coloniales (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, Francia, Alemania y Portugal), como otras países cuyos intereses en África eran mucho más limitados (Países Bajos, Bélgica, España y Estados Unidos).

[16]​ La zona costera cercana a la desembocadura del Congo quedó repartida entre Francia, la AIC y Portugal.

Sin embargo, Leopoldo lo incluyó después, como contrapartida por ceder a Francia la región de "Niari-Kwilu", en el Bajo Congo.

El gobierno central del territorio se estableció en Bruselas, con un gabinete formado por tres departamentos: Interior (Maximilien Strauch), Exteriores (Edmond Vaneetvelde) y Finanzas (Hubert Vanneuss).

Inicialmente existía un sistema de primas que permitía a los funcionarios doblar su salario si conseguían el suficiente marfil o caucho.

La mortalidad entre los funcionarios blancos del Congo fue muy elevada: aproximadamente un tercio murieron en África durante el desempeño de sus funciones.

Las empresas que obtuvieron las principales concesiones monopolísticas fueron la Sociedad de Amberes de Comercio del Congo (Société Anversoise du Commerce au Congo) y la Compañía Anglo-Belga del Caucho y la Exploración (Anglo-Belgian India Rubber and Exploration Company).

[24]​ Los agentes coloniales en el Congo llevaron a cabo un sistemático saqueo de los recursos naturales del territorio.

Hasta 1896 la economía del Estado Libre fue deficitaria, y Leopoldo tuvo que solicitar varios préstamos al Parlamento belga para sufragar sus cuantiosas inversiones.

Debió hacer frente a varias sublevaciones de pueblos indígenas, que fueron reprimidas con inusitado salvajismo.

[30]​ Los propios soldados de la Force Publique, en su mayoría reclutados a la fuerza, se amotinaron en varias ocasiones.

[22]​ Como castigo por no haber cumplido las expectativas en la recolección del caucho eran frecuentes los asesinatos masivos por parte de la Force Publique.

En ocasiones, los soldados no mataban a los nativos, sino que solo les amputaban la mano derecha, y empleaban las balas para cazar.

En 1890, pese a los impedimentos que le puso Leopoldo, viajó al Congo, donde pasó seis meses, recorriendo el río desde su desembocadura hasta las cataratas Stanley.

Para refutar las acusaciones de Williams, los principales funcionarios del Estado Libre publicaron un informe que mostraba un panorama muy diferente.

Sin haber viajado nunca al Congo, Morel dedujo cuál era la situación: en palabras suyas, "sólo unos trabajos forzados continuos y aterradores podían explicar beneficios tan inauditos".

En 1901 abandonó su trabajo y decidió dedicarse a explicar al mundo la situación del Congo, para lo cual fundó su propia publicación, el West African Mail.

La asociación ganó pronto numerosos adeptos tanto en Estados Unidos como en Inglaterra, y contó con la colaboración de destacados intelectuales.

[42]​ La Asociación permaneció activa hasta después de la cesión del Congo a Bélgica y no se disolvió sino en 1913.

[47]​ Según Jim Zwick, cuando Stanley llegó por primera vez a la cuenca del Congo comprobó que las zonas ribereñas estaban densamente pobladas, y calculó la población total en unos cuarenta millones de habitantes.

Este museo, sin embargo, no alberga recuerdo alguno de las terribles matanzas que se llevaron a cabo en el Estado Libre.

[64]​ Poco después, la población superviviente de Nyangwe se alzó en una rebelión, durante cuya brutal represión el nuevo gobierno mató a mil alborotadores.

Un joven oficial belga escribió a su casa: «Afortunadamente, los hombres de Gongo ... se los comieron [en pocas horas].

[66]​ Al enviar «expediciones punitivas» contra aldeas que no querían o no podían cumplir con la exorbitante cuota de caucho del gobierno, los funcionarios del Estado Libre hicieron la vista gorda repetidamente tanto ante los asesinatos arbitrarios de los considerados culpables como ante los «festines caníbales» celebrados por los soldados nativos que a veces seguían.

[69]​ En general, la mayoría de los funcionarios del Estado Libre parecen haber tenido poco interés en detener las costumbres caníbales.

[74]​ De hecho, «algunos oficiales europeos» que trabajaban para el Estado Libre «desarrollaron un gusto por la carne humana», según Forbath.

Mapa histórico del Reino del Congo (existente durante los ss. XV, XVI y XVII), y situado en la región del estuario del río Congo.
Leopoldo II de Bélgica
Henry Morton Stanley.
Gerson von Bleichröder , quien intervendría en favor de Leopoldo para eliminar los obstáculos de Alemania a su proyecto colonial.
Mapa que sitúa el Estado Libre del Congo en 1890.
Aldea nativa arrasada para construir una carretera que comunicase con una explotación cauchera .
Castigo a un nativo con el chicotte .
El territorio del Estado Libre del Congo (mapa realizado en 1914, con posterioridad a la cesión del Congo a Bélgica).
Arco del Cincuentenario.
Un hombre congoleño, Nsala, mira la mano y el pie cortados de su hija de cinco años, que fue asesinada, cocinada y devorada por miembros de la Force Publique en 1904. [ 59 ] [ 60 ]
El Monumento al General Storms en Bruselas rociado con pintura roja.