La construcción del Ferrocarril Matadi-Kinshasa (construido entre 1890 y 1898) hizo posible el transporte de mercancías desde lo más profundo del interior del Congo hasta el puerto de Matadi, estimulando a la ciudad a convertirse en un importante centro comercial.
La ciudad está construida sobre empinadas colinas, y un "dicho" local asegura que para vivir en Matadi es necesario conocer los verbos "subir", "bajar" y "sudar".
La central eléctrica del río Mpozo suministra energía a la ciudad.
La compañía pesquera estatal "Pemarza" utiliza el puerto para proveer de pescado a la capital.
En una colina cercana hay un monumento a los constructores del ferrocarril Matadi-Kinshasa.