Aceite de palma

[1]​ El fruto de la palma es ligeramente rojo, al igual que el aceite embotellado sin refinar.

El cultivo en Malasia es de gran importancia económica, aunque su producción sea amenazante al ecosistema nativo llevando a la extinción a numerosas especies de aves y orangutanes.

A finales del siglo XIX, se descubrió en una tumba de Abydos (fechada hace 3000 años) una sustancia que se determinó que había sido originalmente aceite de palma.

[13]​[14]​ Se han realizado importantes esfuerzos por convertir en sostenible el cultivo de la palma por varias organizaciones, tales como la "Roundtable on Sustainable Palm Oil",[15]​ un grupo industrial, y el gobierno malayo, que se ha comprometido a mantener el 50 % de su superficie como bosque.

Los usos son en su gran mayoría culinarios, bien directamente empleado como aceite de freír o aliñar, bien como producto añadido a otros alimentos como los helados, las margarinas, las natillas, los platos preparados como pizzas, sopas, pasta.

Esta oxidación parece ser responsable de los riesgos asociados a su consumo.

Se afloja la fruta de los racimos utilizando esterilización a vapor.

Luego los separadores dividen las hojas y los racimos vacíos de la fruta.

Normalmente, las fibras, cáscaras y otros residuos sólidos se queman como combustible, para producir vapor.

Los desperdicios líquidos se producen, principalmente, en los esterilizadores, y en el clarificador del aceite.

Esta actividad tiene muchas ventajas: La palma de aceite es un cultivo oleaginoso que se ha extendido en el mundo gracias a su alto potencial productivo.

En conjunto, ambas naciones representan casi el 50 % del volumen total exportado de aceites y grasas en el mundo.

de la palma Elaeis con la que se elabora el aceite.
Elaeis guineensis