No obstante, y aunque se hicieron notables progresos, no fue hasta la apertura del régimen en la década de 1950 cuando se pudo proyectar la primera central.Este desarrollo precoz situó a España en la vanguardia de la aplicación de estas tecnologías,[8] convirtiéndose en el primer país en desarrollo (en aquel momento) que explotaba comercialmente una central nuclear.[8] En diciembre de 1942, Enrico Fermi logró la primera reacción nuclear controlada.Para conseguirlo, el primer paso que se dio fue acercarse a científicos italianos y alemanes.Así, ya en 1963, Otero de Navascués (como presidente del JEN), encargó un estudio sobre las posibilidades reales de construir una bomba atómica sin alertar a la comunidad internacional.[18] En 1971, el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN), elaboró un informe confidencial en el que señalaba en sus conclusiones que «España podía poner en marcha con éxito la opción nuclear militar».[20] La CIA aseguraba entonces que España, además de Irán, Egipto, Pakistán, Brasil y Corea del Sur necesitaban «al menos una década para desarrollar su programa de armas nucleares».Por supuesto, esta situación también beneficiaba a las empresas estadounidenses del sector, sin olvidar que la Unión Soviética también había logrado explotar la bomba H. Así, en 1955 España firmaba con Estados Unidos un acuerdo de cooperación nuclear, en virtud del cual España recibió su primer reactor (Zorita), así como uranio enriquecido.La estructura nuclear industrial civil en España comenzó entonces a crearse en los años 60, con la decisión de ampliar el parque nuclear y construir las centrales de Garoña y Vandellós I (constituyendo la llamada Primera Generación); fuertemente impulsada desde la Administración por la JEN.Hubo bastante oposición vecinal y de ecologistas contrarios a su instalación.[27] Sin embargo, en 1983 tras la llegada al poder del PSOE se suspendieron los ambiciosos programas de energía nuclear, promesa electoral que figuraba en su programa para las elecciones de 1982.[35] La capacidad de energía nuclear ha aumentado desde entonces mediante mejoras en los reactores ya construidos.[36] Además de las empresas que gestionan las centrales y las que proveen diferentes bienes y servicios a éstas, cabe destacar: Las centrales españolas están participadas, en diferentes proporciones según cada central, por las empresas privadas siguientes: Nuclenor, Endesa, Naturgy, Iberdrola y HC Energía, habiendo ocupado algunas de ellas puestos delanteros en clasificaciones internacionales de las mejores centrales nucleares.En esta fábrica se montan elementos combustibles de tipo PWR y BWR.Concretamente tiene alquilado almacenamiento de residuos en Reino Unido, que deberían haber vuelto a España a finales de 2010; y en Francia, que deberían haberlo hecho en 2011.[54] Este proyecto será una instalación en superficie diseñada para guardar en seco hasta 12 816 m³ de residuos.El incidente más grave (nivel 3 en la escala INES, «incidente importante») se produjo en la central nuclear de Vandellós I en 1989, cuando la sala de turbinas se incendió.El elevado coste de las medidas exigidas por el organismo regulador español (CSN) para corregir las irregularidades detectadas hicieron que la empresa explotadora decidiera su cierre definitivo.Más recientemente, en 2004 y 2007 se produjeron varios escapes radioactivos en las centrales gestionadas por la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV).[59] Tan sólo en el año 2008 se notificaron al CSN siete sucesos.[70] Las 6 centrales nucleares españolas han visto su participación en la cobertura de la demanda mermada progresivamente debido al crecimiento constante de esta en las últimas décadas y su estabilización debido a la moratoria nuclear de los años 80, pasando del 35 % en 1996 a menos del 20 % en el año 2009.En condiciones normales, las centrales nucleares funcionan siempre a potencia nominal.[74] La primera vez que la población española fue preguntada sobre sus actitudes hacia la energía nuclear fue en 1975, todavía durante el franquismo.La mayoría de los enquestados (un 45 %) expresaba su indiferencia hacia esta fuente energética; un 20 % se posicionaba a favor y un 35 % en contra.Chernóbil se identificaba como la peor catástrofe nuclear, y vivir en las cercanías de una central nuclear o trabajar en una mina de uranio se consideraban las actividades más peligrosas, y casi la mitad de la población española (47 %) percibía los riesgos nucleares como inaceptables (en Europa el porcentaje era del 51 %).Según los datos del Eurobarómetro de 2005 y 2008, existe una cierta progresión en cuanto a la aceptación de la energía nuclear en España, aunque se mantiene aún en porcentajes claramente minoritarios, pasando del 16 al 24 %.- ¿Considera «inevitable» la utilización de la energía nuclear, aunque no sea la mejor solución?[86] Podemos, PNV, BNG, PA, CHA, Bildu, CC[87] ERC[88] e ICV[89] también se oponen a la energía nuclear.Se destaca que en la generación eléctrica existen alternativas mediante las energías renovables, no así como en otros sectores como el del transporte.[59] A partir del año 2009 (por la oposición a la instalación del Almacén Temporal Centralizado previsto por el Gobierno sin decidir antes el cierre de las centrales en territorio español) y 2011 (accidente de Fukushima) el movimiento antinuclear se ha visto fuertemente reactivado.
Vista de la
Central nuclear de Lemóniz
.
A pesar de la dura oposición por parte de ecologistas, vecinos y
ETA
(sufriendo varios atentados), se logró terminar de construir, aunque finalmente no entró en funcionamiento debido a la adopción de la
moratoria nuclear
de 1984.