A finales de los años 1970 se proyectó la construcción de un tercer reactor, Vandellós III, participado por Enher (58 %), HECSA (30 %), FECSA (8 %) y EDF (4 %),[5] pero finalmente el proyecto se desestimó por la moratoria nuclear decretada en 1984.
(HIFRENSA), un consorcio creado por EDF (25 %), FECSA (23 %), Enher (23 %), HECSA (23 %) y Fuerzas del Segre (6 %).
En esta segunda fase, se desmantelaron todas las estructuras, sistemas y componentes excepto el cajón del reactor, liberando la mayor parte del emplazamiento y manteniendo el resto como zona reglamentada, con el cajón del reactor confinado y cubierto por una estructura de protección de intemperie de nueva construcción.
El cajón del reactor, que es ahora la única estructura que queda en pie, y que incluye el reactor, ya descargado, junto a sus estructuras internas y sistemas de control fueron preparados para pasar a un estado de espera y decaimiento denominado fase de latencia.
Es una central del tipo PWR (reactor de agua ligera presurizada).
Inicialmente se repartían la propiedad entre Enher (54 %), HECSA (28 %), Fuerzas del Segre (10 %) y FECSA (5 %).
El incidente no tuvo ninguna consecuencia radiológica y los sistemas de seguridad actuaron correctamente según su diseño, por lo que el suceso se categoriza como nivel 0 en la escala INES.