El Cabril
También se empezó a usar para almacenar algunas fuentes en desuso de aplicaciones médicas e industriales.Más adelante se construyó el almacén actual que empezó a operar en 1992.Esta cantidad se verá sustancialmente aumentada en los próximos años, debido al cierre previsto de las centrales nucleares en España.Gran parte de los residuos generados en el desmantelamiento se trasladarán a El Cabril.Algunas de sus galerías se aprovecharon para almacenar los pocos residuos radiactivos que en esa época se producían en el centro Juan Vigón que la JEN tenía en Madrid, principalmente procedentes de las investigaciones con un reactor nuclear cedido por Estados Unidos.En 1990 se puso la primera piedra de las actuales instalaciones, con un proyecto autorizado por orden ministerial que pretendía poner fin a las irregularidades que la instalación había sufrido desde sus inicios, siendo inauguradas oficialmente en octubre de 1992.[5] Los bidones serían introducidos bajo tierra a escasa profundidad y se recubrirían con una capa de hormigón.Y recuerda que la dosis de superficie emitida por un bidón como los enviados a El Cabril superaría varias veces el límite anual admisible para un ser humano.Las instalaciones de El Cabril se caracterizan por: Cuando el almacén complete su capacidad (cerca del año 2030) está previsto cubrirlo totalmente con tierra, que será repoblada con vegetación.En este momento comenzará la fase de vigilancia y control del emplazamiento durante 300 años.Pueden llegar a la instalación en sacas, bidones o contenedores y almacenarse directamente en la estructura específica de almacenamiento, o pasar primero al área destinada a su tratamiento, si fuera necesario.En este momento comenzará la fase de vigilancia y control del emplazamiento durante 60 años.