Cafés-teatros de Madrid

[15]​ Aún más definitorio es quizá que el espacio escénico donde transcurre la representación aparece -en la mayoría de los casos- desnudo de telones, bambalinas, bastidores o forillos, rompiendo así el esquema tradicional común al fenómeno conocido como "cuarta pared".[20]​ Funcionando entre 1780 y 1830, estuvo situado en la calle del Caballero de Gracia y según documenta el flamencólogo José Blas Vega, fue en este café donde se celebró la primera actuación musical de que se tiene noticia en la historia de los cafés madrileños, por lo referido y anunciado en Paseo por Madrid o Guía del forastero en la Corte.[22]​[b]​[23]​ También escribió Mesonero sobre el encendido ambiente político que durante el Trienio Liberal se vivió en La Cruz de Malta, y en otros primitivos cafés madrileños como el café Lorencini o La Fontana de Oro, donde en los últimos años del reinado del Rey Felón, los liberales escribieron singulares páginas de su historia.Páginas reales que pocos años después convirtió en fantasía histórica Benito Pérez Galdós en su primera novela publicada, titulada precisamente La Fontana de Oro.En la publicidad inserta en la prensa madrileña se prometía que al que hiciera "gasto del real y medio en el café" se le regalaría "un billete para una función".[c]​ Varios autores insisten en subrayar la capitalidad de Madrid como centro difusor de la esencia cultural del cante jondo, el baile y la cultura del duende flamenco.Habría que esperar al último cuarto del siglo XX para que los investigadores trazasen un mapa documentado de la presencia del flamenco en los cafés-teatros o cantantes en la capital de España.Al Lady Pepa le seguirían en los últimos años del franquismo (y contagiándose en ocasiones del clima de inquietud social de ese periodo) otros locales como: El Búho Rojo, Ismael, El Biombo Chino, La Boite del Pintor, La Fontana, Morrison, Micheleta, Le Canotier, Stéfanis, Bong-Bing o Martin's.[5]​ Acompañando a la Transición Española se abrirían luego Damajuana, La Aurora, El ángel Exterminador, Candilejas o ya en los ochenta, el movimiento Off Fuencarral bautizado así por la periodista Rosana Torres y concebido como experiencia teatral sin espacio físico concreto, y cuyos montajes (desde el cabaré más elemental a los montajes de corte tradicional o espectáculos parateatrales híbridos) se ponían en escena en bares de la zona que limita la calle de Fuencarral y el barrio de Chueca.En la infantería de este capítulo del café-teatro en Madrid, cerraron filas en los últimos años del siglo: Loles y Eva León, "Fama", Paco Clavel, Las Virtudes, La Belle Époque, Tona, Otxoa, Susana Mayo, Di Giorno o los Hermanos Trompicelli, entre otros muchos.
Un café cantante . Óleo de José Alarcón Suárez (hacia 1850) [1] .
Portada de la novela (folletín) Los Misterios de Madrid: El Salón de Capellanes , obra de Rafael del Castillo , editada en Madrid en 1863 por la Imprenta del librero Miguel Guijarro. El Capellanes fue el primer local teatral madrileño que estableció el romántico " ambigú ". [ 33 ]