Es el recinto cerrado y normalmente porticado que precede a la entrada de un edificio.
De hecho, en casos extremos, el templo podía reducirse a un mero altar sin ninguna cubierta, pero siempre existía un recinto delimitado con la consideración de sagrado y que no debía profanarse (dedicarse a otros usos).
En general, suele estar señalizado con columnas y a veces con cadenas, marcando los límites del recinto sagrado (sagrera en Cataluña).
El DRAE diferencia "pórtico" y "atrio", identificando este con el espacio limitado por una pluralidad de aquello: Atrio: espacio descubierto, y por lo común cercado de pórticos, que hay en algunos edificios.
Corredor descubierto o con vidrieras, que da luz a las piezas interiores de las casas.
[5] Más confusión se produce con la identificación, que el mismo DRAE hace, entre "portal", "soportal" y "pórtico".