Arquitectura en hierro

Arquitectura en hierro, del hierro o arquitectura metálica son denominaciones historiográficas[1]​ de una técnica constructiva y estilo arquitectónico del siglo XIX, originados en la disponibilidad de nuevos materiales que se produjo durante la Revolución Industrial.También se utilizó masivamente la fundición para la implantación del mobiliario urbano en las ciudades planificadas con criterios higienistas propios del siglo XIX, con ejemplos que se convirtieron en emblemáticos: en Madrid las farolas fernandinas (1832), o en París las fuentes Wallace (1870), las columnas Morris (1868) o los edículos Guimard (de estilo art nouveau, en las bocas del Metro (Hector Guimard, 1900-).Todo tipo de motivos de ferretería arquitectónica, cuyo origen puede rastrearse en Inglaterra al menos desde 1734, comenzaron a aplicarse masivamente a mediados del siglo XIX en todo tipo de construcciones (dado el abaratamiento de su coste), imponiendo una estética ecléctica, popular o kitsch y unos acabados uniformes que deploraban los que añoraban el trabajo manual artesanal (como William Morris o John Ruskin).La Commissioner's House del Royal Naval Dockyard (Bermudas, Edward Holl, años 1820) se considera la primera vivienda levantada con estructura de hierro.El hierro corrugado (o hierro corrugado galvanizado –CGI por sus siglas en inglés–) fue inventado en la década de los años 1820 por el británico Henry Robertson Palmer, arquitecto e ingeniero de la London Dock Company.Su uso se extendió en la arquitectura rural de Estados Unidos y otros países.El refinamiento en la fundición de hierro terminó consiguiendo su aceptación incluso como un material noble para la realización de esculturas que hasta entonces estaban reservadas al bronce ("hierro Kasli", en los Urales, 1860).
Torre Eiffel (1889-90).
Galería de las máquinas de la Exposición Universal de 1889.
La imagen más conocida de obreros durante la construcción de la estructura de acero de los rascacielos es una fotografía de 1932 titulada Lunch atop a Skyscraper . La pose era similar (excepto por la situación, en una viga sobre el vacío) a la de estas soldadoras de 1943. En cambio, esta imagen desafía el estereotipo masculinizante del obrero metalúrgico o de la construcción, en un momento de masiva incorporación de la mujer al trabajo a causa de la guerra.