La historia, la cultura y el contexto personal modelan estas representaciones manifiestas, dándoles así su contenido específico.[2] Jung rechazó la teoría de la tabula rasa del desarrollo psicológico humano, creyendo que las presiones evolutivas tienen predestinaciones individuales manifestadas en arquetipos.[4] Utilizó primero el término imágenes primordiales para referirse a lo que más tarde denominaría "arquetipos".[5] Para Jung, "el arquetipo es la forma introspectivamente reconocible de un orden psíquico a priori".Solo adquieren solidez, influencia y consciencia eventual en el encuentro con los hechos empíricos".[7] Los arquetipos forman un sustrato dinámico común a toda la humanidad, sobre cuya base cada individuo construye su propia experiencia de vida, tiñéndolos con su cultura, personalidad y eventos vitales únicos.Más adelante en su vida, su investigación sobre pacientes psicóticos en el Hospital Burghölzli y su propio autoanálisis respaldaron su intuición acerca de la existencia de estructuras psíquicas universales que subyacen en toda experiencia y comportamiento humanos.No fue hasta 1919 que utilizó por primera vez el término "arquetipos"[9] en un ensayo titulado Instinto e inconsciente.El arquetipo no era simplemente una entidad psíquica, sino, fundamentalmente, un puente a la materia en general.[13] Jung usó el término unus mundus para describir la realidad unitaria que, según creía, subyace a todos los fenómenos manifiestos.Concibió los arquetipos como los mediadores del unus mundus, organizando no solo las ideas en la psique, sino también los principios fundamentales de la materia y la energía en el mundo físico.Al hacerlo, se hizo eco de la posición adoptada por el astrónomo alemán Johannes Kepler.Sin embargo, las relaciones precisas entre imágenes, por ejemplo, del "pez" y su arquetipo no fueron explicadas adecuadamente por Jung.Jung utilizó también los términos "evocación" y "constelación" para explicar el proceso de actualización.Este arquetipo de la madre está integrado en el inconsciente personal del niño como un complejo materno.Los arquetipos son disposiciones psíquicas preconscientes, universales e innatas, que forman el sustrato del cual emergen los temas básicos de la vida humana.[2] "El arquetipo es una tendencia hereditaria del alma humana a formar representaciones de motivos mitológicos que pueden variar mucho sin perder su patrón básico...En Biological theory and the concept of archetypes (Teoría biológica y el concepto de arquetipos), Michael Fordham consideró que los mecanismos de liberación innatos en los animales pueden ser aplicables a los seres humanos, especialmente en la infancia.Las respuestas a todo ello han sido propuestas desde la biología y la neurología; comenzando desde la biología, Jung hizo varias sugerencias con respecto a la conexión de los arquetipos con los genes, particularmente en el caso de los arquetipos contrasexuales, ánimus y ánima, que según él probablemente tienen un origen genético.Stevens es más preciso, sugiriendo que es en el ADN mismo donde debemos buscar la ubicación y la transmisión de los arquetipos.El organismo puede tomar medidas preventivas, protectoras, adaptativas o ninguna acción.[23] Jacques Lacan: Lacan fue más allá de la proposición de que el inconsciente es una estructura que se encuentra debajo del mundo consciente; el inconsciente mismo está estructurado, como un lenguaje.Esto significa que el hemisferio derecho es mejor para obtener una imagen de un todo a partir de un fragmento y para trabajar con material confuso, es más irracional que el izquierdo y está más estrechamente conectado con los procesos corporales.Aunque todos diferentes en sus teorías y psicologías, parecen estar unidos por su preocupación común por la psique, el alma.El trabajo de Mayes tiene también como objetivo promover en profesores lo que él llama reflexión arquetípal; este es un medio para alentarles a examinar y trabajar con temas, imágenes y supuestos psicodinámicos, ya que esos factores afectan a sus prácticas pedagógicas.[30] O'Brien (2017) da una definición contemporánea de la siguiente manera:[31] El cine contemporáneo es una rica fuente de imágenes arquetípicas, más comúnmente evidenciadas, por ejemplo, en el arquetipo del héroe: el que salva la situación y es joven e inexperto, como Luke Skywalker en Star Wars, o más viejo y cínico, como Rick Blaine en Casablanca.El niño, a menudo inocente; podría ser una persona infantil que necesita protección pero puede estar imbuido de poderes especiales (por ejemplo, E.T.).El mal padre, a menudo visto como un tipo de dictador, o malvado y cruel (por ejemplo, Darth Vader en Star Wars).Se han propuesto doce arquetipos para su uso con la marca: sabio, inocente, explorador, gobernante, creador, cuidador, mago, héroe, proscrito, amante, bufón y persona normal.[38] La crítica postjungiana busca contextualizar, expandir y modificar el discurso original de Jung sobre los arquetipos.