También en individuos normales existen vagas huellas de una escisión del carácter.
En cada ocasión aparece un carácter bien definido y distinto del anterior.
No sería idéntico a la actitud correspondiente y su individualidad se expresaría en toda situación.
El alma, ánima en el hombre, ánimus en la mujer, es complementaria del carácter externo, suele contener todas aquellas cualidades humanas que faltan en la actitud consciente.
En definitiva, el desarrollo de la persona tendría dos peligros potenciales:[6]