[2] Desde hace casi 100 años, la alergología es la especialidad médica que se encarga del estudio, diagnóstico y tratamiento de este grupo de enfermedades y los profesionales médicos que la desempeñan se denominan alergólogos (España) o alergistas (Sudamérica).La intolerancia a los alimentos se distingue de las alergias en que estas últimas provocan una respuesta del sistema inmunitario y las intolerancias se deben en general a déficit de enzimas, que impiden la adecuada metabolización del nutriente.Los síntomas del asma son la respiración sibilante, la falta de aire, la opresión en el pecho y la tos improductiva durante la noche o temprano en la mañana.En relación con el efecto de los síntomas sobre actividades cotidianas y el sueño, se puede denominar como leve o moderado-severa.Cuando estas reacciones son mediadas por mecanismos inmunológicos, principalmente por linfocitos Th1, se denomina dermatitis alérgica de contacto.En estos casos se denomina urticaria alérgica de contacto y puede ser IgE mediada.Al añadir adjetivos como inmediata y retardada se describe el tiempo que media hasta la aparición de los síntomas, y esto suele tener relación con el tipo de mecanismo inmunitario involucrado (mediada por IgE o por linfocitos, respectivamente).[6] Una de las más frecuentes suele ser a los antibióticos, principalmente la penicilina y sus derivados (ampicilina, amoxicilina, etc.).Otras reacciones se agrupan bajo el término hipersensibilidad a veneno de insecto no alérgica.Cuando la reacción es mediada por un mecanismo inmunológico, ya sea IgE, IgG, o relacionada con el sistema del complemento, se denomina anafilaxia alérgica.El autor fue el pediatra vienés Clemens von Pirquet y lo hizo con la intención de que sustituyera al viejo término latino «inmunidad».[17] Von Pirquet advirtió que el sistema inmunitario, considerado hasta ese momento exclusivamente protector, podía dañar al anfitrión al que intentaba proteger, bien como efecto colateral en su lucha contra microorganismos infecciosos o por elegir objetivos inocuos.Esta sensibilización se asocia fuertemente con la exposición a proteínas derivadas de polen, ácaros del polvo, hongos y cucarachas.[21] La predisposición génica para presentar reacciones alérgicas se denomina atopia, definida como la tendencia personal o familiar para producir anticuerpos IgE en respuesta a alérgenos.Por tanto, la atopia no significa presencia de enfermedad alérgica (rinitis, asma, alergia alimentaria, dermatitis, etc.), sino una mayor tendencia a sufrirla.[11] La enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca sin reconocer ni tratar, pues cursan habitualmente sin síntomas digestivos o estos son leves, se asocian con frecuencia a procesos de naturaleza inmuno-alérgica, tales como el asma, la rinitis y las faringoamigdalitis, entre otros, los cuales pueden ser los únicos síntomas de su presencia.La reacción alérgica se denomina de hipersensibilidad inmediata, porque, en general, aparece rápidamente (en la primera hora) tras el contacto con el antígeno (en este caso, más propiamente alérgeno).[27] Los síntomas se manifiestan clínicamente según el órgano en el que actúen los mediadores liberados, que pueden producir:[26] El eccema atópico (o dermatitis atópica) es a menudo la primera manifestación del paciente atópico, sobre todo en niños, y la intervención temprana puede ofrecer una oportunidad de impedir o detener la denominada marcha alérgica: aparición progresiva de distintas enfermedades alérgicas (alergia alimentaria, rinoconjuntivitis, asma).Las crisis alérgicas graves pueden estar acompañadas de: Siendo las alergias una respuesta anormal del sistema inmune se considera que existe bajo cuatro aspectos posibles: Para diagnosticar una enfermedad alérgica se debe establecer una correlación entre la sintomatología observada, el alérgeno desencadenante y la participación del sistema inmune.En muchos casos se debe recurrir a una serie de pruebas complementarias que permiten poner en evidencia la presencia del alérgeno sospechoso.Un resultado negativo puede ayudar al médico a descartar alergias para poder considerar otras posibles causas.Aunque se pueden utilizar para cualquier alérgeno, son especialmente útiles en el diagnóstico de la alergia alimentaria.Desafortunadamente, costumbres tradicionales imperan en los procedimientos seguidos durante la realización e interpretación de los tests cutáneos.El médico estudia los resultados del test, los cuales le ayudan a determinar si el paciente padece alergias.El médico busca reacciones pronunciadas como ronchas o pápulas rojas para ayudarle a determinar si el paciente padece alergias.Consiste en la administración controlada progresiva (vía subcutánea o sublingual) de un extracto purificado del alérgeno responsable de los síntomas del paciente, buscando que su organismo se vaya habituando o se vuelva "tolerante" al alérgeno poco a poco.En áreas urbanas los alérgenos abundan: esmog, micromohos, pólenes, ácaros (los ácaros suelen infestar colchones y, sobre todo, alfombras), el pelo de las mascotas también puede ser portador de alérgenos, por ejemplo el gato al lamerse deja su saliva en sus pelos, esta saliva al secarse vuela en escamas por el aire y puede provocar alergia en la gente proclive.No obstante, otros factores desempeñan un papel añadido, tales como la genética, la exposición a los alérgenos, el tabaquismo o el estilo de vida.[45] La aerobiología es la ciencia que estudia las partículas biológicas transportadas pasivamente a través del aire, tales como bacterias, esporas de hongos, insectos muy pequeños y polen.[47] Los datos generados por la Red Española de Aerobiología están sometidos a un estricto control, asegurando su calidad área.
Ácaro. Imagen aumentada (0,1 a 0,5 mm de tamaño real)
El polen de Artemisia es el principal vector de endotoxinas del aire. Éstas son un adyuvante natural para la polinosis. Sólo el polen con elevado contenido bacteriano induce sensibilización inmunológica.
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Prueba de parches
Mapa de las estaciones de muestreo polínico.
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