Está implicada en la alergia (reacciones del tipo I de hipersensibilidad)[1] y en la respuesta inmune efectiva contra diversos agentes patógenos, especialmente parásitos.
Por eso, sus niveles suelen estar bastante elevados tanto en pacientes alérgicos como en personas que sufren alguna parasitosis.
[3] Como otros anticuerpos monoméricos, está compuesta de dos cadenas pesadas y dos ligeras, unidas por puentes disulfuro.
[9] La unión entre IgE y los receptores en los eosinófilos activados causa la secreción de toxinas que pueden destruir helmintos parásitos.
Los linfocitos Th2 producen citocinas como IL-4 e IL-13 y disminuyen la cantidad de IFN-γ, promoviendo el cambio a IgE.