[1] El intestino es un tubo muy largo y constituye la mayor superficie mucosa del organismo.
Esto lo logra manteniendo cerradas las uniones estrechas intercelulares, para impedir el acceso descontrolado de sustancias, toxinas, químicos, microorganismos y macromoléculas, que de lo contrario podrían pasar al torrente sanguíneo.
Esta apertura provoca que entren sustancias en el cuerpo y que, dependiendo de la predisposición genética de la persona, puedan desarrollarse enfermedades autoinmunes, inflamatorias, infecciones, alergias o cánceres, tanto intestinales como en otros órganos.
[2] La zonulina es el único modulador fisiológico de las uniones estrechas intercelulares bien conocido actualmente.
[3][4] Otras posibles causas son la prematuridad y la exposición a radiación, quimioterapia o ciertas toxinas.