El clítoris es un órgano sexual del aparato genital femenino, presente en mamíferos y otros vertebrados amniotas, incluyendo ofidios,[1][2] pero no se ha descrito en aves adultas.[10][11][12] En humanos y otros mamíferos, se desarrolla de una excrecencia en el embrión llamada tubérculo genital.[31] El clítoris se desarrolla a partir de una excrecencia fálica del embrión llamada tubérculo genital.Los tejidos eréctiles se llenan de sangre durante la respuesta al estímulo sexual, lo que hace aumentar su tamaño.Las investigaciones indican que el tejido del clítoris se extiende hasta la pared anterior de la vagina.El tejido trabeculado tiene un aspecto esponjoso; junto con la sangre, llena los grandes espacios vasculares dilatados del clítoris y los bulbos.[51] Aunque estas zonas también pueden recibir una estimulación física indirecta durante la actividad sexual, como cuando se produce una fricción con los labios mayores (labios externos),[52] la estimulación indirecta del clítoris se atribuye más comúnmente a la penetración pene-vaginal.[55][63] La vasocongestión finalmente desencadena un reflejo muscular que expulsa la sangre atrapada en los tejidos circundantes y conduce al orgasmo.[66][67][45] La estimulación indirecta del clítoris (por ejemplo, mediante la penetración vaginal) también puede ser suficiente para el orgasmo femenino.«Hoy en día, con un amplio conocimiento de la anatomía, con [C. Lombard Kelly], Kinsey y Masters y Johnson, por mencionar solo algunas fuentes, no existe ignorancia sobre el tema [del orgasmo femenino]», afirmó en su artículo de 1970 El mito del orgasmo vaginal.[68][61] Mientras que algunos estudios, usando ecografía, han encontrado pruebas fisiológicas del supuesto punto G en mujeres que reportan tener orgasmos durante el coito vaginal,[76] O'Connell sostiene que esta relación interconectada es la explicación fisiológica del conjeturado punto G y la experiencia de orgasmos vaginales, teniendo en cuenta la estimulación de las partes internas del clítoris durante la penetración vaginal.[68] Los investigadores franceses Odile Buisson y Pierre Foldès han reportado hallazgos similares a los de O'Connell.[83] También ha sido motivo de debate si el clítoris es vestigial, una adaptación o cumple una función reproductiva.[84] Según Miller, el clítoris humano «podría haber evolucionado para ser mucho más llamativo si los machos hubieran preferido parejas sexuales con clítoris más grandes y brillantes» y que «su diseño poco llamativo combinado con su exquisita sensibilidad sugiere que el clítoris es importante no como objeto de elección de pareja masculina, sino como mecanismo de elección femenina».[11] El fisiólogo británico Roy Levin ha sugerido recientemente una función reproductiva no considerada del clítoris, considerando que varios cambios fisiológicos en el tracto genital femenino producidos por estimulación clitoridea facilitan la respuesta del tracto genital femenino a los espermatozoides y que otros cambios fisiológicos tienen como función aumentar la información sensorial erótica proveniente del pene.[88] Según Levin, estos cambios fisiológicos preparan al tracto genital femenino para la posibilidad entrada de semen, facilitando la reproducción.El primer médico antiguo en haberlo descrito y nombrado fue Rufo de Éfeso (siglos I-II d. C.).En cuanto a las percepciones históricas y modernas del clítoris, los eruditos lo consideraron equivalente al pene durante más de 2.500 años en todos los aspectos excepto en su disposición.[100][101] En su papel de investigador, Colombo concluyó que: «Puesto que nadie ha discernido estas proyecciones y su funcionamiento, si es lícito dar nombres a las cosas por mí descubiertas, debería llamarse el amor o la dulzura de Venus», en referencia a la Venus mitológica, diosa del amor erótico.Además de que Avicena lo denominó albaratha o virga («vara») y Colombo lo llamó dulzura de Venus, Hipócrates utilizó el término columella («pequeña columna»), y Abulcasis, una autoridad médica árabe, lo llamó tentigo («tensión»).Caspar Bartholin, un anatomista danés del siglo XVII, desestimó las afirmaciones de Colombo y Falloppio de que habían descubierto el clítoris, argumentando que éste era ampliamente conocido por la ciencia médica desde el siglo II.[105]De Graaf publicó en 1672 una descripción adecuada de las estructuras clitorales, incluyendo los bulbos, pero no fue sino hasta 1844 cuando el anatomista George Ludwig Kobelt describió completamente su neurovasculatura.Durante esta época, las mujeres que padecían problemas uterinos, hormonales o emocionales eran diagnosticadas con una supuesta enfermedad llamada histeria femenina, la cual no tenía remedio y solo podía ser aminorada por medio de masajes de clítoris, equivalentes a lo que hoy en día reconocemos como masturbación.[61] En 1998, la uróloga australiana Helen O’Connell describió por primera vez la anatomía completa del clítoris con todos sus elementos.[113] Jodie Medd argumenta en relación con «el culto al clítoris» que «el cuerpo femenino no reproductivo pero deseante [...] exige y rechaza simultáneamente la atención interpretativa, incitando al escándalo a través de su propia resistencia a la representación».En cuanto a otras creencias sobre el clítoris, Hite (1976 y 1981) encontró que, durante la intimidad sexual con la pareja, la estimulación del clítoris era descrita por las mujeres más a menudo como un juego previo que como un método principal de actividad sexual, incluyendo el orgasmo.La inmensa mayoría de estudiantes fueron educados para creer que la vagina es la contraparte femenina del pene.Según el experto Alan F. Dixson, esta orina «se vacía en las bases del clítoris, fluye por el surco poco profundo de su superficie perineal y es retenida por los pliegues de la piel a cada lado del surco».[129] Dado que los monos araña de Sudamérica tienen clítoris colgantes y eréctiles lo suficientemente largos como para confundirlos con un pene, investigadores y observadores de la especie buscan los escrotos para determinar el sexo del animal; un método similar consiste en identificar glándulas feromónicas que también pueden estar presentes en el clítoris.[132] En tanto los bonobos a veces se aparean cara a cara, «la bióloga evolucionista Marlene Zuk ha sugerido que la posición del clítoris en los bonobos y algunos otros primates ha evolucionado para maximizar la estimulación durante el coito».
Creada por
Helen O'Connell
usando
IRM
, la primera imagen
3D
de un clítoris en estado erecto con los órganos adyacentes del útero y la vejiga. 1 Glande del clítoris; 2 Pilar o cuerpo del clítoris; 3 Crus; 4 Cuerpos cavernosos vestibulares (bulbos); 5 Uretra; 6 Orificio vaginal; 7 Vagina; 8 Útero; 9
Vejiga urinaria
.
Clítoris; disección profunda
De re anatomica
ilustración de Georg Ludwig Kobelt sobre la anatomía del clítoris.
Joven protestando a favor del conocimiento del clítoris en una manifestación por los
derechos de la mujer
en París, 2019