Pertini, muy ligado a su madre, hace sus estudios interno en el colegio Don Bosco de los salesianos en Varazze.
Baratono descubre a Pertini el socialismo y lo introduce en los ambientes del movimiento obrero.
La clase 1896 fue llamada anticipadamente y, en 1917, el joven Pertini ingresa a filas como alférez de complemento, siendo enviado al frente del Isonzo.
Un año después de ser llamado a filas, en 1918, ingresa en el Partido Socialista Italiano, al cual pertenecería toda su vida, salvo breves periodos.
Es acusado de instigación al odio entre las clases sociales, según el artículo 120 del código penal.
Pertini se declaró el único responsable de la publicación y se declaró dispuesto a continuar la lucha antifascista por el socialismo y la libertad, pese a las condenas que le impusieran.
Ernesto Rossi no se presenta y, en cambio, Pertini es reconocido por un partidario del régimen fascista de Savona.
Sin embargo, su estado no mejora, hasta tal punto que su madre presenta demanda de gracia a las autoridades.
Lucha en estos combates junto a Luigi Longo, Emilio Lussu y Giuliano Vassalli.
Sin embargo, al llegar a Génova, descubre que Sogno ya ha partido hacia Córcega.
En Florencia, entra en contacto con el profesor Gaetano Pieraccini, en su estudio de la calle Cavour.
Con su ayuda atraviesa la frontera hacia Italia para entrar en contacto con los partisanos del Valle de Aosta.
Nada más producirse la muerte del dictador, Pertini escribe en una columna de Avanti!
El Rey Víctor Manuel III fue obligado a abdicar, ascendiendo al trono su hijo Humberto II.
En las primeras votaciones, se destacaron tres nombres, Guido Gonella, de la Democracia Cristiana, Giorgio Amendola, comunista y Pietro Nenni, socialista.
Para ello recordó el trágico asesinato de Aldo Moro cometido por las Brigadas Rojas.
Pocos días después, sorprendentemente, Pertini denunció la ineficacia e impotencia del Estado ante el desastre en un programa de televisión.
Además, denunció a los políticos que habían especulado sobre la desgracia, como ya ocurrió en otro terremoto acaecido en 1968 en Sicilia.
[5] Como presidente de la República nombró a cinco senadores vitalicios, el máximo que le permitía la Constitución en su artículo 59.
Dalla chiesa, con la sua dolce, soave compagna, che è stata più volte qui a trovarmi, proprio in questo studio, tutta Palermo si è stretta intorno ai due feretri per protestare.
Una traducción aproximada sería: Prueba de esto: cuando fue asesinado Pio La Torre, ahí estaba toda Palermo junto a su féretro.
Cuando fue asesinado el general Dalla Chiesa, con su mujer, suave compañía, que fue muchas veces quien me encontró, precisamente en este despacho, toda Palermo se apretó junto a los dos féretros para protestar.
En su lucha contra la mafia, disolvió el consejo municipal de Limbadi (en la provincia Vibo Valentia) en 1983 porque había sido elegido un jefe mafioso.
Antonio Ghirelli, entonces portavoz de la presidencia, cuenta la anécdota de que cuando a Craxi se le encargó formar gobierno, este fue al Palacio presidencial vestido con vaqueros, lo que molestó a Pertini al no considerarlo un vestuario adecuado para la situación.
También nombró a tres jueces del Tribunal Constitucional, Virgilio Andrioli, Giuseppe Ferrari y Giovanni Conso.
Aparte de los ya comentados enfrentamientos con Craxi, no dejaba a casi ningún compañero indiferente.
Un ejemplo de esta mala relación es que en una visita oficial de Mitterrand a Italia, Pertini abandonó precipitadamente Roma, dejando al presidente del Senado, en aquel momento Francesco Cossiga, para que tratara con el francés.
Por último, pese a ser agnóstico, destaca su amistad con el papa Juan Pablo II.
El presidente de la fundación, Pietro Perri, explicó que Pertini ni siquiera fue hospitalizado, muriendo en su domicilio.
El papa y Pertini se vieron al menos en una docena de ocasiones, llegando incluso a esquiar juntos.