Está considerada la primera ópera romántica alemana importante,[3] especialmente en su identidad nacional y franca emocionalidad.
Entre los muchos artistas influidos por El cazador furtivo estuvo un joven Richard Wagner.
Pero lo ocuparon otros compromisos y hasta el año 1816 no solicitó al poeta Johann Friedrich Kind que le escribiera un libreto.
Una segunda versión, más fiel, se realizó en 1841 por Hector Berlioz (que añadió recitativos) y Émilien Pacini (quien tradujo apropiadamente el texto) para la Opéra de Paris bajo el título Le Franc Archer.
[12] Cuno, el jefe de los guardabosques del príncipe de Bohemia, demasiado viejo para seguir en el cargo, recomienda a Max, un hábil tirador, que está prometido con su hija Agatha, como su sucesor.
Caspar idea un truco para arruinar a Max y entregarlo a Samiel como un sustituto de sí mismo, pues el vencimiento de su contrato con el demonio se acerca.
Caspar convence a Max para forjar siete balas mágicas que use en el concurso.
(Trío: Cuno, Caspar, Max; coro: "O diese Sonne"/"Oh, el sol, aterradoramente se alza.")
(Canción: "Hier im ird'schen Jammerthal"/"Aquí, en este valle de lágrimas.")
Decide ir con Caspar a medianoche a la terrible Garganta del Lobo para forjar las balas mágicas, que matarán cualquier cosa que quiera el tirador, para ganar el concurso.
(Arieta: "Kommt ein schlanker Bursch gegangen"/"Viene un bello joven por este camino.")
La Garganta del Lobo por la noche Caspar invoca a Samiel, el Cazador Negro, en su ayuda, y prepara la forja de las balas mágicas.
Han vuelto sus dudas, debido a un sueño con un augurio desfavorable, pero Aennchen de nuevo la alegra con risas y una canción.
(Romanza y aria, posteriormente añadida por Weber: "Einst träumte meiner sel'gen Base"/"Mi prima muerta ha tenido un sueño.")
Cuando Aennchen abre la caja, sin embargo, encuentra dentro una corona funeraria, que aún incrementa más su inquietud.
Al apuntar, Samiel, el Cazador Negro, aparece para guiar la bala, y hace que Max dispare a Agathe, quien es aparentemente herida.
El ermitaño condena el concurso de tiro, sugiere como pena un año de penitencia y pregunta quién entre los presentes puede mirar en su propio corazón y está dispuesto a arrojar la primera piedra.
Si Max vive una vida sin pecados, ganará el perdón y se le permitirá casarse con Agathe.
El trío comienza sombrío, pero un cambio repentino de trompa y una expresiva combinación del coro le da un carácter alegre.
Se abre con un sombrío recitativo, que se va animando conforme él piensa en Agathe, y luego pasa a una de las más tiernas y deliciosas melodías ("Durch die Wälder, durch die Auen"), con un bello acompañamiento.
Cuando reaparece Samiel, de nuevo la armonía se ensombrece; pero cuando el desesperado Max grita, "¿Acaso no hay ningún Dios vivo?"
Aparece Caspar con una hilarante canción de bebida ("Hier im ird'schen Jammerthal"), furiosa en su energía, e intenta expresar un alborozo nada sagrado.
Se abre con una graciosa pero en cierto modo melancólica aria de carácter religioso ("Und ob die Wolke sieverhülle"), cantada por Agathe, en la que ella todavía oscila entre la duda y la esperanza.
Le sigue un aria de Aennchen que empieza con un lúgubre romance ("Einst traumte meiner sel'gen Base"), y cerrando con un vivaz allegro ("Trübe Augen, Liebchen"), que pretende animar a su triste ama.
Le sigue el famoso "Coro de cazadores" (Was gleicht wohl auf Erden - "Con disfrute principesco y disfrute viril...", escena sexta) que se interpreta a menudo como pieza separada.