Sófocles

Uno de sus maestros fue Lampro, que lo instruyó en la danza y le enseñó a tocar la lira.Sófocles participó por primera vez en las Grandes Dionisias del 468 a. C., ocasión en la que venció a Esquilo.De toda esa producción literaria, solo se conservan siete tragedias completas.En su vejez se le atribuía cierta tacañería en los temas monetarios e incluso fue llevado al tribunal de justicia por su hijo Iofonte, que pretendía que se le declarase falto de razón y por tanto incapaz para administrar su hacienda, pero salió absuelto cuando recitó parte de su drama Edipo en Colono.Se cuenta que, tras la muerte de Eurípides, que ocurrió escasos meses antes de la suya propia, Sófocles, en homenaje, presentó en el teatro al coro enlutado y sin corona.En los Museos Vaticanos se conserva una copia de una estatua del siglo IV que lo representa.En el transcurso de los sucesivos episodios los actores hacen progresar la acción dramática.Intercalados entre un episodio y otro se suceden diversas intervenciones del coro, los "estásimos", en los que el conjunto del coro ocupa su correspondiente lugar en la orchestra bailando sobre el propio terreno y cantando un tipo de composición lírica de métrica abigarrada.Estas partes corales o líricas llamadas estásimos suelen presentar la forma de responsión estrófica, es decir, normalmente se comienza con una estrofa, a la que sigue su antístrofa o segundo canto (cuyo esquema métrico, número de versos, etc., se corresponde estrictamente con la estrofa) y ambas unidades suelen cerrarse con un estribillo llamado "epodo".Parece que en estos ciclos míticos se concentran de manera simbólica, mediante traslaciones metafóricas más o menos conscientes, los principales arquetipos del comportamiento humano.De hecho, el propio Sófocles le da un tratamiento personal y a veces libre.Cada una de estas figuras emerge como un auténtico coloso y arquetipo humano.Ante Yocasta, Edipo se declara, con, quizá, la mejor definición que a lo largo del tiempo ha conocido nuestro personaje, «Hijo de la Fortuna».[8]​ Ante el adivino, Edipo se nos muestra confiado y autosuficiente, ya que por su propia inteligencia ha sido capaz de adivinar el enigma de la esfinge, y a continuación promete ante sus súbditos, sin otro concurso que su misma inteligencia, librar a su ciudad de la criatura que la asuela.Su vida carece de sentido desde que su padre cayera muerto por su madre, y sobre todo porque día a día va comprobando que su única esperanza (el regreso de Orestes) se desvanece poco a poco.Filoctetes es un personaje lastimero, ultrajado por los griegos y en especial por el astuto Odiseo: Los diversos protagonistas del teatro de Sófocles son seres dolientes, que en ocasiones no tienen la culpa de lo que les sucede, sino que sufren por el solo hecho de ser humanos; el héroe se enfrenta a su destino, ya preestablecido, y se ve en la compulsión de tener que actuar.[11]​ Es más, este sufrimiento del protagonista lo ha de vivir en soledad, es un dolor no compartido, ante el que nada puede valer el consuelo del amigo ni la comprensión de la familia.Es, en suma, un dolor intransferible; el héroe cae en desgracia individual (monoúmenos), no colectiva (como es frecuente en Esquilo).El campo léxico que Sófocles utiliza para expresar este sentimiento es riquísimo y de múltiples matices.Ayante muere en soledad al hacérsele insoportable el menoscabo de su honra: en soledad acaba su existencia, en una soledad paradigmática; Edipo se quedará en la más absoluta soledad en el decisivo momento de reconocer su identidad; Electra sufre sola días y noches esperando a su hermano; a solas muere Heracles, y solo y abandonado en una isla desierta malvive su dolor el desdichado y robinsoniano Filoctetes.Otro tanto sucede en Las traquinias cuando Deyanira está contribuyendo a destruir y aniquilar a quien ansía conservar: O cuando Filoctetes interpreta erróneamente las palabras que le dirige Neoptólemo en los versos 989 y siguientes.En su conjunto, Edipo en Colono es una pieza donde se hace menor uso de la ironía, como sucede también en Antígona.
Estatua de Sófocles, copia de un original del siglo IV a. C., Museos Vaticanos .
Máscaras de teatro de tragedia y comedia. Mosaico , arte romano, siglo II .