[1] En los vasos cerámicos y en los bajorrelieves, pueden reconocerse como miembros de un tíaso solitarias mujeres agitando el tirso.
Los miembros más importantes del tíaso eran mujeres devotas, las ménades, que paulatinamente fueron sustituidas por las inmortales ninfas.
También había en la comitiva del dios varios espíritus de la naturaleza, como los silenos danzarines humanos representándoles, con falos en evidencia, panes, y centauros.
En la cerámica aparecen silenos itifálicos danzando,[2] y la comitiva es a veces mostrada sentada siendo llevada en un recipiente, el trágico humano Icario que regaló el vino, y su hija Erígone.
[5] La obra origina del Tíaso marino del escultor Escopas, representando a Poseidón y su séquito, fue llevado a Roma y perdido para siempre,[6] pero el tema es conocido en el arte romano, desde los pequeños relieves decorativos y grandes paneles de sarcófagos hasta los extensos mosaicos.