[2] Sus dimensiones son variables,[nota 1] pero tienden a coincidir con una región natural que comparte no solo características físicas (orografía, hidrografía, clima, vegetación, suelos), sino también humanas (demografía, usos económicos, vivienda rural, urbanismo) e históricas, todas ellas determinantes de su paisaje geográfico.
Su denominación y delimitación —comarcalización— se efectúa tanto con criterios intelectuales como políticos.
Aunque fonéticamente el origen de la palabra es evidente, la evolución semántica del término es más compleja y bastante reciente la adquisición del sentido que actualmente se le da en el español de España.
Originariamente tuvo un significado equivalente a «confín» o «espacio situado en el límite con otro territorio», tomando el significado original de «marca» como «límite o señal de borde».
Frente a la serie de unidades administrativas españolas: pedanía o parroquia, municipio, partido judicial, provincia..., la comarca se inscribe en otra categoría de referencias que se inicia en el lugar o punto geográfico, el pago, la comarca y la región.
Todos ellos se identifican por un elemento o carácter que les da nombre.
Las comarcas se identifican por procedimientos parecidos aunque ajustados a una dimensión mayor.
Por lo general, las comarcas son más abundantes en las áreas de montaña o de relieve, hidrografía o vegetación complejas que en las áreas homogéneas, porque en el primer caso hay más cambios de unas áreas a otras y es más evidente la diferencia entre espacios que en el segundo.
También es más fácil encontrar comarcas en los espacios poco evolucionados o más tradicionales, porque la evolución y el desarrollo del modo de vida urbano hace homogéneo el espacio y anula rasgos que al desaparecer dejan sin sentido la identificación de la comarca.
Aunque su escala es variable, dependiendo de las condiciones del espacio en que se ubica, podemos decir que se refiere a un ámbito intermedio entre los pagos y las regiones.
Conviene ser cuidadoso con la utilización del término para evitar la confusión entre la concepción tradicional y unidades o entidades territoriales de carácter administrativo, pasando por el uso en tratados antiguos.
Los primeros intentos de establecer comarcas con estos objetivos se llevaron a cabo en Cataluña y en el País Vasco.
Por aquellos años también estaban realizando estudios de comarcalización otras comunidades como Andalucía o Castilla y León.
Al contrario de lo que ocurre con otros territorios, donde los límites se denominan administrativos (con fines burocráticos por parte de la administración competente), por ejemplo una provincia, una comunidad autónoma, un país, etc., en las comarcas naturales los límites lo imponen factores de tipo natural como el relieve, geomorfología, geología, hidrología, fauna, vegetación, etc.
Más similar al tamaño y número de las comarcas sería la demarcación tradicional denominada hundred (que en el sistema feudal significaba que debía mantener a cien hombres de armas) o la actual denominada district.