En sus faldas nacen varios cursos fluviales de cierta importancia en la zona repartiendo sus aguas entre las cuencas del Duero, al norte, y del Tajo, al sur.
La sierra de Pela constituye una divisoria de aguas entre la cuenca hidrográfica del Duero, al norte, y la cuenca hidrográfica del Tajo, al sur.
La vertiente norte está estructurada por las cuencas los ríos Tiermes y Caracena.
La vertiente sur vierte sus aguas al río Bornova, que delimita la sierra con un amplio valle en su parte meridional.
El hecho de que la sierra de Pela constituya un nexo entre el Sistema Central y el Sistema Ibérico, unido a sus peculiaridades geomorfológicas, litológicas y climáticas, determina ámbitos corológicos muy diversos, que propician una apreciable riqueza florística.
En las cumbres, la vegetación dominante está constituida por un erizal (Saturejo gracilis-Erinaceetum anthyllidis) sobre litosuelos de dolomías y por un cambronal (Lino apressi-Genistetum rigidissimae) sobre margas.
Entre estas comunidades aparecen especies de gran interés como Thymus mastigophorus, Arenaria erinacea, Linum apresum, Potentilla velutina, Arenaria tetraquetra y Fumaria procumbens, entre otras.
También se encuentra en la zona media baja de las laderas la especie protegida Centranthus lecoquii y Laserpitium siler.
Las laderas meridionales están cubiertas por los mismos matorrales, ganando presencia el aliagar (Lino suffruticosi-Salvietum lavandulifoliae), conservándose enclaves de encina y quejigar.
El sector ocupacional más importante es el agrario, predominando los aprovechamientos silvo-pastoril y agrícola, según zonas.
La actividad agrícola se limita al cultivo del cereal de secano en pequeñas parcelas y a pequeños huertos familiares que ocupan el fondo de los valles.