La denominación de la carretera se debe a los obispos de Oviedo, según Luis Miguel Piñera, que en el palacio del santuario tenían su residencia ocasional cuando se encontraban en Gijón.Este obispado, como otros muchos, se vio afectado por las novedades que iban llegando del extranjero: en primer lugar, por la reforma de la escritura, iniciada en la Abadía de Cluny, con el paso de la escritura visigótica a la carolingia; en segundo lugar, y con ello llegó una mala práctica, por la falsificación, pues resultaba más fácil hacerlo con la escritura carolingia que con la visigótica.Los eruditos en la materia se pronuncian de la siguiente forma: Sánchez Albornoz lo califica de «monstruoso», Barrau-Dihigo dice que es un documento rehecho y Floriano Cumbreño y Emilio Sáez coinciden con los anteriores.El documento original, que aún se conserva, está redactado por Bernardo, notario del rey, y por orden del canciller Pedro de Lauro, compostelano, y está fechado en Salamanca.Hay otros tres diplomas más fechados a lo largo del siglo XIII y que hacen referencia a Contrueces : En los tres documentos aparece el lugar del santuario con el mismo nombre: «CONTROZES», al igual que ocurre en el diploma del rey Fernando II, pero los expertos en la materia creen que poner Contrueces en vez de Controzes se debe a un error de transcripción de Ciriaco M. Vigil, ya que en el texto original viene la palabra abreviada de la siguiente forma: En primer lugar viene la abreviatura ordinaria de Con que se escribía como un «rabito»; a continuación viene la de tro que se escribe con una letra «t» con otro rabito encima y finalmente la sílaba zes.[26] Existe un periodo oscuro en cuanto a documentación y noticias se refiere, entre finales del siglo XII hasta el siglo XVI, y es a partir de las actas municipales del ayuntamiento de Gijón de 1567 cuando aparecen frecuentes alusiones al santuario, a las fiestas y romerías que se celebraron en él.El acuerdo está firmado en Gijón en 1645 y se relata en los siguientes términos: A lo largo su existencia, el templo de Contrueces ha sufrido las consecuencias de los sucesos históricos que acabaron por determinar su estado actual.Durante la guerra de la Independencia el templo fue utilizado como polvorín por su situación privilegiada sobre la villa de Gijón, con el peligro que esto conllevaba para la integridad del templo y sus enseres.Debido a estos motivos el santuario fue demolido y se firmó en Gijón un acuerdo para levantar un nuevo templo.También hay que resaltar los trabajos realizados por los canteros de Transmiera, afamados por las obras que ya habían realizado como el convento de las Recoletas y varios más.Se vendieron a José Solís, latonero y vecino de Gijón, que las fundió».En su construcción Huerta empleó, como Güemes, piedra de las canteras existentes en Bernueces y en Los Caleros.Firma y otorga la escritura Felipe Rato Argüelles por fallecimiento de su predecesor.[44][31] Tres años más tarde, en 1663, ya no hay solamente un ermitaño, sino también un capellán, Pedro Morán, nombrado por el obispado.[45] El plano original y primitivo de Güemes, que el arquitecto sucesor Fernando de la Huerta respetó, está firmado en su parte inferior por Domingo García Jilledo, Pedro Solano y Simontío.[46] El albañil Pedro Solano falleció en 1646 y su esposa, María de Hontañón Velasco, emparentada con la familia Cevallos,[47] dio poderes a Simontío y al nuevo cantero Francisco Solano para que prosiguieran las obras a cuenta de su marido.El templo tiene el pórtico cerrado a los pies, coro en altura, también a los pies, y una torre con óculos y vanos rematados superiormente por un arco de medio punto.Según los expertos el sagrario puede ser anterior a la construcción del retablo.[53] Este es de estilo barroco con influencias churriguerescas conservando frescos los dorados originales.Esta imagen ya se veneraba en el siglo XVI cuando estaba en la iglesia primitiva.[54] En la parte superior hay una gran figura de Santiago el Mayor montado a caballo y guerreando contra los moros.Está menos anatomizado que el Cristo ovetense de Santullano, pero tiene una gran expresión divina en su rostro.Hacia 1950 unas mujeres legas en la materia, aunque con muy buena voluntad lavaron la imagen con lejía, por lo que las pinturas se deterioraron enormemente.[60][61] Ha planteado alguna disensión de criterios entre los especialistas, ya que Gregorio Menéndez Valdés lo atribuyó a su familia, escribiéndolo en sus «Avisos»: Los expertos en historia heráldica como son Joaquín Manzanares, Canal Sánchez-Pagín y Sarandeses, se decantan por la pertenencia a la familia cántabra de Cevallos, que también contribuyeron en la construcción del templo.La función de estas casitas era eminentemente religiosa, ya que daba albergue y descanso a peregrinos que, o bien se dirigían a este santuario, o hacían una parada en su camino hacia otro.[66] Durante varios años los Padres Claretianos realizaron mejoras en la capilla para adecentarla, impidiendo su deterioro.[70] El segundo pleito se tuvo contra el obispado, ya que la erección de un seminario por parte del obispado en la «Casa de novenas» de Contrueces trajo consigo situaciones molestas y desagradables a ambas partes, el obispado y la villa, ya que la conducta del rector P. Alonso Castañeda hizo sufrir mucho al obispo Juan García Avello durante los últimos años de su vida, y a la villa porque al hacerse cargo de la mayordomía del santuario el propio rector del seminario, esta sintió que sus derechos eran mermados.Para recuperarlos, el «procurador general síndico de la villa» Toribio Zarracina redactó una solicitud al alcalde Tomás Menéndez Jove en orden a que reivindicase los derechos de la villa que les habían sido conculcados.Este Libro de fábrica se conserva en el Archivo Histórico Nacional.Igual ocurre cuando recuerda en sus Diarios la época de su madurez, donde describe con mucho detalle el día de campo que pasó en Contrueces con sus amigos Llanos, Reconco, Sánchez, Carreño, Terreño y Blanco.